Unos 1,800 policías hondureños paralizaron el martes sus labores por tiempo indefinido en esta capital para exigir al gobierno mejores condiciones de vida, mientras sus jefes advirtieron que sancionarán a los líderes de la huelga.
Los agentes permanecen concentrados en el mercado público Belén, al oeste de Tegucigalpa, donde han establecido su centro de operaciones.
"Tenemos familias que necesitamos ver más seguido, pero cada 26 días disponemos de uno libre... y eso es inhumano", dijo un uniformado a The Associated Press que pidió no ser identificado por temor a represalias de sus superiores.
Informó que en las barracas carecen de equipo logístico, medidas higiénicas, colchones para dormir y sanitarios. Además, cada miembro paga al Estado su uniforme y las balas que usa en su entrenamiento en las prácticas de tiro.
"Ganamos poco y, por eso, no tenemos casa y rentamos en lugares donde viven los delincuentes", añadió.
Un policía recibe un salario promedio de 320 dólares al mes en Honduras. Desde 2012 las autoridades prometieron aumentar el sueldo a los efectivos, lo que debió producirse en enero. Sin embargo, eso no ha sido posible todavía.
Otro vocero de la fuerza señaló que "no somos esclavos del gobierno sino empleados" tras pedir disculpas a la población "por los inconvenientes que pueda provocar este paro".
Advirtió que "los jefes nos oprimen... y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias".
Los policías bloquearon unas tres calles capitalinas, donde estacionaron patrulleras.
El director de la Policía Preventiva, Alex Villanueva, llegó a hablar con los huelguistas, que no lo atendieron.
"Esa conducta alienta la indisciplina y también a la delincuencia", dijo Villanueva a los periodistas tras retirarse del lugar. "Y la acción traerá sanciones para los agentes en paro".
Igual posición asumió el jefe nacional de la policía, Juan Carlos Bonilla.
"Adoptaremos medidas contra los que están detrás de esta huelga porque en la institución policial no hay acciones de sindicatos... y el que no acate la ley quebranta el principio de disciplina y jerarquía que nos rige", advirtió.
La huelga de los policías ocurre en un momento álgido para la institución que es criticada por su pobre trabajo en contra de la criminalidad que sigue imbatible en el país.
Esa situación se evidenció con la reciente renuncia del ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, quien pidió disculpas públicas porque en más de un año de gestión no pudo satisfacer las expectativas populares.
El gobierno depura desde hace un año a la policía en un proceso lento y costoso, ante frecuentes denuncias de que los uniformados se han vinculado a la delincuencia y el narcotráfico.
En Tegucigalpa, con más de 1.1 millón de habitantes, hay 2,500 agentes que tienen a cargo la seguridad en más de 500 barrios y colonias, la mayoría de alta incidencia delictiva.
Con una tasa de 85.5 homicidios por cada 100,000 habitantes, Honduras es considerada la nación más peligrosa del mundo sin conflicto bélico. Eso significa que alrededor de 20 personas mueren violentamente cada día.
En lo que va de la administración del presidente Porfirio Lobo han ocurrido alrededor de 20,644 muertes violentas que no han sido investigadas ni los casos enviados a los tribunales. En el país hay alrededor de 14.000 agentes del orden público.