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Poniéndonos los cuernos

JÓVENES COLUMNISTAS

KAREEM G. VALDEZ ZÚÑIGA
Tanto peca el que mata a la vaca, como el que le amarra la pata". -— Dicho popular.

Hablar de lo que está bien y lo que está mal no siempre está bien, sobre todo si existe la posibilidad de debatir un punto de vista. Se hacen debates sobre la legalización de las drogas, política, religión y un sinfín de cosas que se dan de debatibles por la sencilla razón de no estar del todo desacuerdo. Entre más se cree tener la razón, menos la tiene el otro, de esta manera se debate "a capa y espada" nuestras inquisiciones.

En el mundo de los toros hay dos tipos de personas; Los taurófilos y los antitaurinos, no existe un punto medio entre querer y no querer, lo vives o lo matas, lo odias o lo quieres. No me imagino un espectador de una corrida de toros aplaudiendo una estocada y llorando con el toro, como todas las pasiones; se defiende o se esconde.

Para muchos, la plaza de toros no es más que un rastro con gradas, supongo que es ese el motivo por el cual La Plaza de Toros "Valente Arellano" se volvió obsoleta, en el lado contrario de la ciudad, se procuró tener la visión de hacer una sede de espectáculos, taurófilos y no taurinos gozan al mismo tiempo en una arena que se critica como cultura y se agradece como edificio.

Existen dos grandes preguntas que rodean los tercios de la fiesta brava; ¿La odiamos porque no la entendemos? ¿O la despreciamos porque la entendemos?

Otra diferencia entre un rastro y una plaza de toros es la jerga cursi que envuelve el espectáculo, se le da un nombre a cada suerte, se bautizan los movimientos de muleta, inclusive se bautiza al mismo toro, no sé si es por moralidad de sentir que se lidia con la muerte y no solo con un cuadrúpedo.

Uno se cree piadoso cuando defiende el punto de vista del toro, se siente bramante y cornudo, como si fuésemos un minotauro moral con sed de sangre del asesino con traje de luces. No tomo ningún partido, ni del de la pasión malsana, ni el del ciudadano con doble moral. Aquí todos somos parte del espectáculo.

Tantos son los que han estado en un rastro, como tantos son los que han visto a un toro de lidia vivir como príncipe, haciendo una línea del tiempo desde el nacimiento del toro hasta el día en que le atraviesan las entrañas, nos damos cuenta que muchos de esos toros viven mejor que muchos homínidos pensantes, con cuidados especiales, comidas gourmet y vacas a placer.

Del orto lado de la mesa, tenemos un matadero, para inyectarlos de morbo, me gustaría salpicarles de los horrores que se viven en los destripaderos legales e ilegales. Bovinos amarrados de las patas, puestos en un resumidero en donde se hace un corte para esperar a que desangren, una tras otra, escurriendo pintura roja que termina en el desagüe.

Es normal que muchos de ustedes piensen que soy un alarmista, pero la lista de animales que sufren para darle calidad de vida al hombre es larga; desde pollos que crecen en cajas hasta tigres de circos donde lo único que ruge son sus tripas. Son tantas barbaridades que comete el hombre, pero al no tener tantos reflectores, seguimos pensando que sólo los que van a la corrida de toros son los inhumanos.

Para nuestra suerte, los paquetes de carne molida no vienen con la foto de la vaca a la cual pertenece, las pechugas de pollo no hacen pío y el tocino no nos dice si gritó mucho o poco el puerco. Sabemos cómo muere el toro de lidia. Somos protectores de la vida, pues. No nos hablen de mugidos y bramidos que nos van a hacer daño los tacos.

El sentirse que se es una buena persona no se manifiesta en cuántas y a cuáles manifestaciones asististe, mucho menos a cuantos taurófilos mandaste directito al infierno sin pasar por juicio, el ser buena persona se muestra precisamente no comiendo lo que se critica.

El ser hombre no nos exenta de ser bestias, hay quienes son bestias porque tienen gustos bárbaros, están los que son bestias y verdugos defensores de los animales, también las bestias de closet y por último; los vegetarianos.

¿Qué, sino su silencio, es el mejor pretexto de ignorar esos mugidos? ¿Es más bárbaro el que piensa que es cultura, o el ignorante?

Ya está aquí la temporada taurina a Torreón, son varios verdugos de luces e inclusive uno a caballo, una oportunidad de hacer protesta ó protestarnos a nosotros mismos. Mientras tanto, me considero uno de esos bárbaros que se nos infectó con este gusto desde chico. Peor todavía, un bárbaro hipócrita.

Twitter: @Gibran_Oficial

Kareem.valdez@hotmail.com

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