OPTIMISMO Y PESIMISMO: TODO ESTÁ EN LA ACTITUD
¿Eres optimista o pesimista? Los psicólogos determinan el carácter optimista y pesimista de las personas basándose en la explicación que éstas dan cuando describen un evento personal desafortunado.
La explicación interna y externa del caso es más o menos así: los optimistas creen que el evento fue causado por factores externos, mientras que los pesimistas se culpan a sí mismos del daño.
Los optimistas pueden tener una reputación de ser ilusorios, tener un enfoque utopista del mundo visto a través de un cristal color de rosa. Pero en realidad son más felices y saludables porque están convencidos que tienen el control de sus vidas.
Los pesimistas ven las desgracias como estables o permanentes, piensan que la vida los controla, se desesperan ante la tragedia, tienen una actitud fatalista.
La negación es un enorme absorbente de energía y exacerba cualquier estrés. El estrés agresivo puede resultar ser un enemigo formidable difícil de ser vencido. Eventualmente es exhaustivo, tanto física como mentalmente, poniéndote a la defensiva. El aprender a aceptar en lugar de atacar es una manera recomendable para manejar situaciones estresantes.
¿ERES PASIVA O AGRESIVA?
Muchas personas acostumbran manejar su estrés pasivamente dejando que todo les suceda sin tratar de controlar la situación. Otras tienden a ser agresivas, piensan que todos están en su contra. Esta actitud es física y mentalmente extenuante. Si aprendemos a aceptar, en lugar de atacar, el manejo del estrés será muy valioso.
A través de los años, diferentes culturas han desarrollado sus propias técnicas de relajación. Algunas envuelven la meditación, otras de respiración y movimientos. Se supone que algunos tienen resultados de inmediato, otras toman su tiempo.
Permaneciendo inspirada es la clave para mantener la energía necesaria, el entusiasmo y la motivación para llevar tu vida en orden, tu estrés controlado y tus metas a la vista.
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