VIDA PROFESIONAL
Todo lo que necesitas para lograr satisfacción en tu vida profesional es tener el valor para hacerte cargo de tu propio crecimiento.
La pregunta que debes hacerte es si te gusta lo que haces o simplemente te sientes desmotivada. Si sospechas que estás justamente en un período de confusión, considera qué es lo que tienes qué hacer para que tu trabajo tenga de nuevo más sentido.
Uno de los mejores lugares para descubrir ideas se encuentra en tu vida personal. Procura incorporar elementos que disfrutas en tus horas libres: reuniones con amigas para tomar café, compartiendo risas, contando historias, etc., esto es una apertura para hacer amistades con gente de tu oficina.
¿Es tu oficina un lugar atractivo? ¿Tu entorno inmediato te deprime? Si tu lugar de trabajo te afecta, no vas a poder ser productiva. Invierte en tu espacio, en objetos que te puedas llevar cuando dejes la empresa. Elimina lo obvio, libros en el piso, alteros de papeles…
Deja de hacer alguna tarea y respira hondo varias veces, antes que tu cerebro se desbarate. Es tiempo de que te pongas en primera fila y aclares tus prioridades, no trates de ser una heroína, nada mata más a una heroína que el sobrepasarse en el trabajo. Cambia tu geografía y sal un rato al aire libre a la hora de la comida. Programa una actividad para cuando salgas del trabajo: una clase de yoga, asiste a algún evento de esparcimiento o cultural.
En un mundo ideal, regularmente recibimos reconocimientos por nuestro buen desempeño, pero con frecuencia no es así y eso propicia nuestro descontento. Para evitar estos malos momentos hay que controlar el propio destino, en lugar de esperar que alguien te ofrezca una promoción en una charola de plata. Prepárate para esto llevando un recuento de tus progresos. No subestimes el poder de una actitud positiva.
Puedes ser una excelente asistente, pero una disposición negativa no te dejará avanzar. Las personas optimistas están mejor capacitadas para manejar su estrés. Hay muchas razones que propician malas vibras en el trabajo y casi todas se inician por alguna mala noticia, que en la mayoría de los casos proviene de las murmuraciones. Otras contrariedades las ocasionan las quejas constantes.
¿Por qué hay tantos reclamos, resentimientos, lamentos? Todo esto surge cuando nos sentimos indefensas; sin embargo, el quejarse sin accionar no resuelve nada.
Una solución para mantenerse enfocada en las tareas diarias es maximizar cada segundo, minuto y hora que estás en tu oficina, identificando las prioridades en tu trabajo.
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