DALE VALOR A TU VIDA
¿Cómo describirías tu vida? ¿Estás logrando lo que deseas? ¿Te consideras exitosa? ¿Cómo consideras tus prospectos para el futuro?
Las respuestas están en el hecho de que tu éxito está determinado por la agenda diaria. Si tomas algunas decisiones y las cumples en tu agenda diaria, tendrás éxito.
Tú no cambiarás tu vida hasta que cambies lo que haces a diario. El éxito en tu vida no ocurre de repente, eso mismo ocurre con el fracaso; cada uno es un proceso de tu vida. Los componentes para hacer valer tu día son las decisiones acertadas y la disciplina. Las buenas decisiones de hoy te ayudarán a un mejor mañana; no son siempre fáciles, pero necesarias para el éxito.
Ésta es la lista de áreas críticas para lograr el éxito: actitud, prioridades, salud, familia, valores, pensamientos, compromiso, finanzas, fe, relaciones, generosidad, valores, crecimiento.
Tu actitud es una opción muy importante para sacar adelante tu día con éxito. Si no es buena, será necesario cambiar las áreas desfavorables. Hay cosas que no puedes cambiar, pero la actitud no es una de ellas. Todas las personas tienen áreas en su pensamiento que necesitan ayuda. Tendrás un mejor día enfocándote en esas áreas.
PIENSA, ACTÚA Y CONDÚCETE COMO LA PERSONA QUE QUISIERAS SER
Si realmente deseas cambiar, empieza con tu mente, convéncete que puedes convertirte en la persona que quisieras ser. Si tu manera de pensar cambia, todo lo demás puede seguir.
CONCÉDELE VALOR A LAS PERSONAS
Alentar a otros significa ayudarlos, valorando lo bueno en ellos. Tu interacción con otros determina el tono de tu día.
DESARROLLA UN ALTO APRECIO POR TU VIDA
El aprecio no es una cuestión de tono o sofisticamiento, es un asunto de perspectiva. Iníciate con cosas pequeñas.
EXPRESA TU GRATITUD A OTROS
De todas las virtudes, la gratitud parece ser la menos exteriorizada. Pensar en cosas buenas ayuda a ser agradecidos.
DI ALGO POSITIVO EN TUS CONVERSACIONES
Adquiere el hábito de incluir comentarios positivos cuando converses. Siempre que puedas, alaba, reconoce, alienta y recompensa a las personas.
Si tienes una actitud positiva, ésta nos motiva a pensar bien más que mal. Es un ciclo que se alimenta en sí.
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