Explosión. Una chica afgana, herida en la explosión de una bomba, es transportada a un hospital local en Ghazni.
Una bomba colocada en un cementerio rural en el este de Afganistán mató ayer a 14 miembros de una misma familia, en momentos en que el presidente del país instó a los talibanes a deponer las armas.
La familia se reunió para conmemorar una importante festividad musulmana, Eid al-Fitr, por el final del mes sagrado del Ramadán, visitando la tumba de un familiar. En Afganistán, es habitual que las familias visiten las tumbas de sus seres queridos en días festivos.
El ataque tuvo lugar en el distrito de Ghany Khel en la provincia de Nangarhar y los 14 muertos -siete mujeres y siete niños- eran miembros de una misma familia, dijo Hashimi Masum Khan, subjefe de la policía de la provincia. Tres miembros de la familia también resultaron heridos en el ataque, dijo y agregó que una investigación estaba en curso.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del atentado. No se sabía por qué fue atacada la familia, pero visitaban la tumba de un pariente, un líder tribal llamado Haji Khayali que trabajaba para una empresa de seguridad y que fue asesinado por los talibanes a principios de este año.
El hermano del difunto, Haji Ghalib, quien dijo que su hija fue una de las que perdió la vida el jueves, culpó a los talibanes del ataque. "Mi familia está acabada. Estas personas son inhumanas", dijo.
El presidente Hamid Karzai condenó el ataque y lo denunció una declaración como "un acto cobarde de los enemigos del pueblo de Afganistán, que no forman parte de ninguna religión".
PERSONAS
Murieron en un ataque, entre ellos dos niños.