Cristina Palacios y Alberto Padilla, fundadores de Aventones
Alberto Padilla tiene 29 años, es socio de la empresa Aventones, una firma que logró posicionarse hasta Santiago de Chile, y que actualmente factura 20 mil dólares al mes.
El joven empresario recuerda que fue en el año 2010 cuando conoce a Cristina Palacios y Nacho Cordero, ambos con 28 años de edad, quienes son socios de la empresa y juntos coordinan actividades, proyectos e inversión para la firma.
En ese año, Padilla radicaba en Monterrey, Nuevo León y recuerda que en ese momento la ciudad se volvió un caos, tras el paso del huracán Alex.
Al ver que la ciudad en la que radicaba no tenía movilidad y las personas dejaban de llegar a su trabajo, se dio a la tarea de investigar en la red para importar un modelo de negocio desde Europa. En su búsqueda encontró "un sistema en línea que coordina a personas que pertenecen a una misma organización para compartir el auto".
Mientras tanto en la Ciudad de México y cansado de trabajar para terceros, Nacho Cordero decide renunciar a su empleo y con una idea de negocio en mente comienza el interés por emprender.
En un caso curioso, su proyecto era el mismo que Alberto Padilla quería lanzar en Monterrey, pues ambos visualizaron la iniciativa en internet.
Cristina Palacios, quien era amiga desde la infancia de Nacho, se convierte en su apoyo, pues fue quien metió el pie en el acelerador para armar un plan de negocios que les permitió emprender.
Una cuarta persona, amigo en común, tuvo la certeza de conocerlos para poder presentarlos, en una reunión y al ver que tenían la misma visión de negocio los tres emprendedores hacen sinergia. Darle forma a su plan de negocio, fue pan comido, pues sólo les tomó cuatro meses.
Con una inversión de 50 mil pesos, arrancó la empresa Aventones y después de dos años de operación, tienen en su lista de clientes a 50 organizaciones, y un alcance para atender alrededor de 500 mil personas, hoy en día tienen registrados en su plataforma a 10 mil usuarios.
"No teníamos nada, sólo las ganas de emprender, el capital lo utilizamos para comprar papelería para darle promoción a la empresa y un día... Nos lanzamos a tocar puertas con nuestro primer cliente", cuenta Padilla.
Costco fue la primera compañía que les compró su idea de negocio, "fue el primer escalón para que otras empresas se interesaran en nosotros", dice.
Aventones es una red privada que promueve y facilita la cultura de compartir el auto y taxis dentro de comunidades de confianza como empresas, instancias de gobierno y universidades. Es un sistema en línea donde personas que pertenecen a una misma institución se organizan y comunican entre sí para encontrar rutas, horarios y espacios vacíos de manera segura, aprovechando mejor los recursos.
Aventones brinda empleo a 12 personas y hace poco la empresa entró a la convocatoria del (Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) para solicitar un préstamo por tres millones de pesos; con dicho capital estiman subir su plantilla laboral a 16 empleados.
Esta red privada opera en diversos puntos de la ciudad como Santa Fe, Lomas de Chapultepec, Polanco, Reforma. También se posicionó en estados como Monterrey, Puebla, Querétaro, Guadalajara ya gozan del servicio de Aventones.
Su principal cliente es el gobierno del Distrito Federal, aunque también, trabajan en instituciones y empresas como Infonavit, Danone, cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Nextel entre otros.
"El emprendimiento en México es una carrera de resistencia", asegura Alberto Padilla. Recuerda que una empresa de seguros les canceló un contrato, en ese momento quisieron darse por vencidos y perderlo todo.
En 2012 este modelo de negocio llegó a Chile, en este salto, el internet se convierte en su aliado. ¿Cómo fue? Pues los jóvenes se enteran de un concurso en este país; el proyecto ganador se haría acreedor a un premio de 40 mil dólares y la oportunidad de implementar su modelo de negocio en esta ciudad, con todos los gastos pagados.
Hoy, son 8 empresas que operan la plataforma en este país y estiman cerrar el 2013 con una expansión de 15 organizaciones. Esta iniciativa de los jóvenes empresarios pretende llegar a Colombia, Brasil, Perú, Argentina, Venezuela en los próximos tres años.
Impulsan movilidad
El Gobierno federal trabaja ya en una estrategia de movilidad sustentable en las ciudades y metrópolis de todo el país para reducir el uso del transporte en automóvil individual.
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) propone que los gobiernos locales diseñen e implementen un programa de Movilidad Sustentable, con líneas de acción para fomentar planes de movilidad que permitan a las empresas ofrecer opciones a sus empleados para reducir la utilización de auto particular.
Además, impulsar políticas de coche multiusuario (car sharing) con el uso de flotas de coches compartidos e incentivos para personas que comparten un solo coche (“rondas” o car pooling).
La Sedatu considera necesario promover la realización de estudios e investigaciones con instituciones de educación superior que permitan entender los procesos de crecimiento y expansión de las ciudades y que analicen los impactos del crecimiento urbano desordenado y desarticulado de la movilidad.
En México, según las cifras de Sedatu, las ciudades reducen dramáticamente la movilidad de los vehículos en multitud de corredores y áreas. Por ejemplo, la velocidad promedio con la que se desplaza un vehículo en el Distrito Federal se redujo de 38.5 kilómetros por hora en 1990 a 13 kilómetros en 2010, aumentando la duración de un recorrido promedio en 28 minutos.
Las causas de este fenómeno son: la desarticulación del desarrollo urbano con la movilidad y, por el otro, el incremento desproporcionado del parque vehicular de automóviles particulares. Así, entre 2000 y 2010, el parque vehicular en México se duplicó al pasar de 15.6 a 32.3 millones, y se estima que en 2030 llegue a 70 millones de autos.
Esto es consistente con el acelerado aumento en el número de automóviles, en el mismo periodo creció a una tasa promedio anual de 7.1%, en tanto que la población sólo aumentó 1.5% anual.
Una opción contra embotellamientos
Hace años, cuando trabajaba en una empresa alemana situada en el oriente de la ciudad, varios expatriados me solicitaban irse en mi automóvil por las mañanas, partiendo desde mi casa. Las razones que me daban al pedírmelo eran que el transporte público a la zona era insuficiente —iba tan lleno a esa hora que no podían ni subir—, complicado —pues tenían que tomar tres diferentes rutas y modalidades para llegar— y lento —les tomaba una hora y media llegar a un destino que ni siquiera estaba tan lejano. En otras palabras, me pedían “aventón a la chamba” como diría el mexicano común. Ahora, años después, me pregunto por qué sólo los alemanes me solicitaban “aventón” a pesar de que había conocido capitalinos que también vivían por mi barrio y no tenían coche. Lo atribuyo a una cultura práctica de los europeos, que simplemente veían como una buena opción compartir automóvil y sin falso recato me lo hacían saber. A diario, tres personas utilizábamos los recursos que de cualquier forma iba a utilizar sólo una.
La pregunta, entonces, es ¿por qué no lo hacemos todos? Sin duda, uno de los problemas más ostensibles del día a día urbano es el de la congestión vial. En el Distrito Federal, el parque vehicular asciende a 5 millones de automóviles. Lo cual hace que las calles y avenidas de la ciudad se encuentren en permanente estado de saturación. Han sido rebasadas por el bestial crecimiento de la población. Hoy día, para cualquier trayecto, por mínimo que sea, tenemos que calcular tiempos.
Lo peor de la situación, es que la política del gobierno de la ciudad ha sido incrementar el uso del automóvil. Se impulsa la construcción de vías para automóviles, tanto de pago como gratuitas, en lugar de privilegiar la construcción de transporte subterráneo, el cual no interfiere con las paupérrimas vías con las que cuenta la ciudad para el desplazamiento de los autos. Verbigracia: en la ciudad de Madrid, España existen 300 estaciones del Metro y la longitud de la vía es de 293 kilómetros. La mancha urbana de Madrid se compone de aproximadamente seis millones y medio de habitantes y la ciudad como tal tiene una superficie de 605 km2. En el Distrito Federal, el Metro tiene apenas 195 estaciones y recorre 200 km para una superficie de mil 495 km2 y una mancha urbana de 21 millones de habitantes. Si hacemos la comparación, al DF le haría falta triplicar la infraestructura actual para equiparar AL servicio del Metro de Madrid.
Por ello es que son bienvenidas las iniciativas como Aventones.com, quienes han constituido una empresa para lograr que los clásicos “aventones” se transformen en una opción de transporte para empresas y universidades. Esto lo han ido logrando al reducir el riesgo percibido, puesto que nadie daría aventón a un desconocido. Estas iniciativas pueden lograr que empleados y alumnos dejen de dañar el ambiente al utilizar sólo un tercio o un cuarto de los vehículos que de otra forma atascarían más nuestras vialidades y nuestras vidas.
