Inspección. El personal militar usó el GT-200 para detectar algún artefacto explosivo.
Minutos antes de las 10:00 horas de ayer, elementos de la milicia se hicieron presentes en el exterior de las instalaciones del Congreso del Estado y del Supremo Tribunal de Justicia tras una presunta amenaza de bomba en dicha zona; minutos más tarde evacuaron el segundo de los edificios e inspeccionaron el interior hasta descartar que hubiera algún explosivo.
Un par de horas después, autoridades afirmaron que había sido un simulacro, del que sólo tenía conocimiento el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Apolonio Betancourt Ruiz.
CRONOLOGÍA
En primera instancia los soldados hicieron una valoración del lugar, justo cuando en el Edificio Central de la UJED tronó una salva por los festejos de aniversario, por lo que los efectivos corrieron hasta dicha sede, pensando que había sido otro tipo de explosivo.
Cuando les explicaron de lo que se trataba se retiraron del lugar; pero en menos de media hora regresaron, ya con el apoyo del personal de Protección Civil del Estado, para evacuar a las más de 300 personas que laboran en el Supremo Tribunal.
Usando el detector molecular llamado GT-200, los soldados revisaron minuciosamente el interior y exterior del Tribunal, así como la Plaza IV Centenario. Y aunque uno de los militares comentó que el aparato no descartaba la presencia de material relacionado con explosivos, a final de cuentas no encontraron nada extraño.
Por su parte, otras corporaciones de emergencia, como la Policía Municipal, Protección Civil Municipal y agentes estatales, no fueron requeridos e inclusive ni por enterados se dieron, pues aseguran que por medio de las cámaras de videoviglancia se enteró el personal del Sistema 066.
En el lugar de los hechos fue entrevistado Luis Enrique Velasco, vocero del Tribunal, quien comentó que sólo recibieron una notificación por parte del Ejército en la que les informaban sobre la amenaza de bomba y que iban a proceder a evacuar al personal. Más tarde, el secretario de Gobierno, Jaime Fernández declaró que se trataba de un simulacro, versión contradictoria a la del personal del Ejército y de los mismos trabajadores, quienes no fueron alertados y hasta sufrieron ligeras crisis de nervios.
Miembros de las corporaciones presentes explicaron que cualquier simulacro, de acuerdo a normas oficiales, se debe dar aviso al Sistema de Seguridad, cosa que no sucedió.
