Tomar bebidas dulces de manera regular produce grasa abdominal y estimula a las células beta pancreática para producir exceso de insulina, hormona que promueve el almacenamiento de grasas e inflación crónica. INGIMAGE
Un estudio de la UNAM reveló que tomar bebidas dulces de manera regular produce grasa abdominal y estimula a las células beta pancreática para producir exceso de insulina, hormona que promueve el almacenamiento de grasas e inflación crónica.
La investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Marcia Hiriart Urdanivia, explicó que el sobrepeso, sumado a la baja actividad física, origina un círculo vicioso, al no gastar suficiente energía y generar un problema crónico que puede provocar el desarrollo de diabetes mellitus o males cardiovasculares.
La directora del Departamento de Neurodesarrollo y Fisiología, de la división de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM señaló que esta entidad universitaria realizó dicho estudio para determinar el efecto de los líquidos azucarados en la salud.
“La grasa abdominal es metabólicamente muy activa, y podría participar en el aumento de la secreción de insulina, en los cambios fisiopatológicos del Síndrome Metabólico (SM), y en el desarrollo de la diabetes”, indicó, todo según un comunicado de esa casa de estudios.
Hiriart Urdanivia planteó que casi 60 por ciento de la población mundial tiene sobrepeso u obesidad, y con ello aumenta la susceptibilidad a padecer enfermedades como hipertensión, problemas cardiacos, dislipidemia y diabetes tipo dos.
En consecuencia, agregó, una proporción importante de la sociedad también padece Síndrome Metabólico, que consiste en obesidad central, hipertensión, hiperinsulinemia y resistencia a la insulina, explicó que aun cuando haya mucha insulina, ésta no actúa en forma adecuada.
En ese sentido, puntualizó que se trata de un problema de salud pública que, según la genética y factores del medio ambiente, puede provocar el desarrollo de diabetes mellitus tipo dos.