El gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, promulgó hoy lo que expertos consideran una de las leyes más duras para el control de armas en Estados Unidos.
La nueva legislación del estado, que fue escenario de la matanza de 20 niños y seis adultos en la primaria Sandy Hook, fue aprobada en la noche por el Senado y en la madrugada por la estatal Cámara de Representantes.
Su aprobación legislativa desató protestas de propietarios de armas, alguno de los cuales irrumpieron en el Capitolio estatal.
La nueva ley extiende la prohibición de las armas de asalto y proscribe la venta de cargadores de más de 10 balas, dos disposiciones excluidas de las propuestas federales.
Aquellas personas en poder de cargadores múltiples antes de la entrada en vigor de la ley, podrán mantenerlos pero deberán registrarlos con las autoridades.
Asimismo establece una revisión universal de antecedentes criminales para la compra de armas y crea un registro de propietarios que hayan cometido delitos con armas.
La decisión del legislativo de Connecticut ocurre a casi cuatro meses de la tragedia de Newtown, y en momentos que ha caído el apoyo popular a mayores restricciones a la compra de armas.
En paralelo, la Asamblea de Delegados del estado de Maryland aprobó su propia iniciativa de control de armas, que incluye también una prohibición de las armas de asalto, un límite a cargadores de más de 10 balas y huellas dactilares a compradores potenciales.
Las iniciativas de Connecticut y Maryland son más restrictivas que la iniciativa que planea votar el Senado federal este mes, donde las disposiciones de mayor control carecen de un apoyo mayoritario de republicanos y demócratas.