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¿Propósitos?

GABRIEL GUERRA CASTELLANOS

Esta es la temporada en la que, además de los kilitos extra, nos llenamos de buenos deseos y propósitos para el año por venir. De la misma forma en que en diciembre nos entra una enorme urgencia por saludar a todas las personas a las que no hemos visto en mucho tiempo, también nos da por querer hacer todo lo que dejamos pendiente, pero sobre todo nos da por planear, proponer, imaginar…

Más allá del espíritu navideño que a muchos embarga, o que al menos eso nos dicen los supuestamente contagiados por los aires de la generosidad y la benevolencia, las festividades de esta época se prestan muy fácilmente a hacernos sentir que estamos siendo auténticamente nobles, dadivosos, compartidos.

Si bien no está ni en la naturaleza ni en el origen de la Navidad y del Año Nuevo, varios de sus símbolos han servido como pretexto casi universal para dar y recibir regalos, organizar festejos, reunir a la familia cercana y lejana, a los amigos y a los no tan amigos. Y si el advenimiento del niño Dios de los cristianos pudo convertirse en la excusa para la moderna aparición de Santa Clós y los Reyes Magos, y si personas de otras religiones alrededor del mundo también festejan y celebran y regalan y se regalan, nos damos cuenta de que tal vez la religión no sea universal, pero el consumismo y la adoración de los borregos de oro sí lo son.

Así como pasamos de los excesos y los abusos y la generosidad que tantas culpas disfraza, a los buenos deseos, a los propósitos para el año nuevo. Desde adquirir buenos hábitos hasta dejar los malos, las buenas intenciones lo abarcan todo, de lo general a lo particular: hay quien promete, o se promete, bajar tantos kilos de peso; dejar de beber/fumar o moderarse; hacer ejercicio; volverse vegetariano; cambiar de empleo o conseguirlo; cambiar de pareja o conseguirla…

Creo que en general podemos dividir a quienes hacen sus propósitos en dos:

Están los minimalistas, los que se proponen cosas más chiquitas, que no necesariamente implican todo un cambio de conducta o actitud: hacer un viaje; correr un maratón o medio o un cuarto, o lo que sea su voluntad; comprarse algo específico; hacer una mejora puntual a su casa/oficina; leer un libro, el que sea; ir a un concierto, o a la ópera, o ya de perdida al teatro…

Y por el otro lado están, por supuesto, los que piensan en grande, los generalistas. Esos no se andan por las ramas y aspiran a tener el bosque completo: ser mejores personas/ esposos/ papás/ hijos/ hermanos; ser más responsables; ser más generosos; más espirituales/religiosos; dejar de ser violentos/agresivos; involucrarse cívica o políticamente; hacer algo por su comunidad; ser buenos ciudadanos…

¿Qué es lo más fácil o lo más difícil, queridos lectores? Habrá quien me diga que la última lista, la de los generalistas, es la más complicada, porque implica un cambio de vida, de actitud, pero yo no estoy tan seguro. Y es que la definición de ser "mejor" es tan subjetiva, tan relativa, que cualquiera puede sentir o creer que ya lo logró. Y el riesgo de darse por vencido aumenta también con cada culpa surgida por el incumplimiento. Así que es altamente probable que los de este listado vivirán un año lleno de justificaciones y autocomplacencias.

Los minimalistas la tienen relativamente más sencilla, porque hacer una sola cosa, o 10 ó 12, parecería mucho más sencillo, pero nuevamente no todo es como parece. Correr un maratón (o una carrera de 10 kilómetros) implica adquirir una condición física que sólo surge del esfuerzo y la disciplina cotidianos. Leer un libro, aunque sea uno, significa romper la barrera que nos separaba de las letras. Mejorar algo en la casa genera deseos e impulso para seguir con lo demás. Todo ese es trabajo de verdad, y de todos los días.

Esos son los deseos más difíciles de cumplir, porque requieren de dos cosas que casi nadie se desea o se propone, pero sin las cuales todo lo demás se vuelve inalcanzable: constancia y perseverancia.

Yo eso les deseo, carísimos lectores que me han acompañado a lo largo de este año, además de mucha salud. Todo lo demás vendrá por añadidura. ¡Felicidades!

@gabrielguerrac

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