Siguen las protestas.
Las protestas ciudadanas en Turquía han bajado en intensidad, pero ganan en creatividad en su pulso con el Gobierno, que insistió en su política de mano dura, con más detenciones y el anuncio de que se dotará a la Policía de una mayor autoridad para intervenir contra los manifestantes.
Mientras Ankara fue escenario la pasada madrugada del desalojo policial, Estambul ha vivido la primera noche tranquila en tres semanas.