Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

PSICOMENTARIOS

L@S TI@S 6

Coty Guerra

Lupita, me dio gusto enterarme que tus tías Chelo y Silvia apreciaron el agradecimiento que enviaste a mi columna sobre lo que ellas, por su generosidad, han significado para ti. Recibí otro correo, el cual transcribo:

"Habiendo sido el primogénito en mi familia, también fui el primer sobrino de mis tíos y tía por el lado de mi padre y de mi madre, así como el primer nieto por el lado de mis abuelos maternos y de mis abuelos paternos. Con esos antecedentes, fui un bebé y un niño muy festejado por todos mis familiares, ya que los dos hermanos de mi papá eran solteros y seguido iban a mi casa y jugaban conmigo. Mi tío Édgar me enseñó mis primeras palabras y mi tío Rubén, quien fuera campeón nacional de natación, pasaba por mí y me llevaba a una alberca en donde bajo su atención, aprendí a nadar; pero, la hermana mayor de mi mamá, mi tía Emilia ("La Nena" para nosotros), ella me convertía en el centro de sus atenciones, así que cuando se casó con mi tío Jorge, fueron mis padrinos de bautizo. Para mis tíos-padrinos yo siempre fui el sobrino preferido y así me lo manifestaron y demostraron en múltiples ocasiones, incluso aceptándome en su casa por dos años, cuando ya a los 16 años me trasladé de Torreón a la Ciudad de México para ingresar a la Vocacional. Durante esos dos años, mi tía se levantaba muy temprano para despertarme y prepararme el desayuno, pues yo entraba a la escuela a las 7:00 a. m. y tomaba el autobús Colonia Del Valle-Coyoacán a las 6:00 para llegar a tiempo, ya que la distancia y el tránsito son considerables. Ella seguía su día normal, atendiendo a sus dos hijos y a su marido, pero casi no descansaba y todavía se daba tiempo para darme de comer a la hora en que yo regresaba de la escuela, casi siempre después de que ellos ya habían comido. Así estuvimos los dos años que cursé la Vocacional. Ya para entrar a la carrera profesional en la ESIME, cuyas instalaciones están en Zacatenco, y siendo que se requerirían alrededor de 90 a 120 minutos de traslado desde la Colonia del Valle, lo cual implicaba una considerable pérdida de tiempo para mí, se decidió, entre mis padres y mis tíos-padrinos, que era preferible buscarme una casa de asistencia cercana a la ESIME. Sin embargo, aún así, recuerdo que con frecuencia iba yo de visita, pero le llevaba mi ropa sucia para lavarla en su lavadora. Lo que es el egocentrismo de los jóvenes, que a esa edad no pensamos ni valoramos los esfuerzos de quienes nos proporcionan atenciones por el mero cariño y amor familiar. Ahora, al paso de tantos años, vienen a mi mente esos recuerdos y lamento no haber sido más expresivo en mi cariño hacia mis tíos-padrinos, pero estoy seguro que ellos, donde quiera que estén, saben de mis sentimientos hacia ellos, sentimientos que han aflorado al leer el artículo escrito por Coty sobre los tíos y tías. Ojalá que todos los tíos y tías seamos para nuestros sobrinos, como lo fueron ellos para mí. Iván".

A propósito, era algo que se me había pasado comentar; casi todos los tíos son padrinos de los sobrinos, y eso hace un vínculo más especial. Realmente el apoyo que recibiste fue invaluable, porque eso propició y favoreció tu estancia en México, cuando en Torreón no había estudios universitarios disponibles. Gracias, Iván, por expresarnos tu vivencia acerca de tus tíos, y tus tíos-padrinos. Les recuerdo mi correo: cotygube63@hotmail.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 864664

elsiglo.mx