Columna del Seminario Diocesano
SOCIEDAD, RESPONSABILIDAD DE TODOS
La sociedad (como es conocido el conjunto de personas que se comunican y cooperan entre sí) parte de las relaciones que se van teniendo en la vida cotidiana, esos acercamientos con el otro. De alguna manera los otros intervienen en la vida de los demás, siendo parte importante para el hombre. Si éste no tuviese relaciones personales con el otro, no podría de alguna manera crecer, ya que el elemento principal para que exista una sociedad es que la conformen un grupo de personas capaces de transmitir conocimientos y comportamientos, denominado cultura.
Es necesario entender que el hombre es un ser social por su propia naturaleza, por lo que tiene que pertenecer y sentirse parte de una sociedad. Esta necesidad de sentirse parte de la sociedad, se puede ver reflejada en la gran cantidad de instituciones o grupos que el hombre ha logrado crear en el paso del tiempo. Dentro de estas instituciones se ve el intercambio de lenguaje, que es utilizado para transmitir el conocimiento, expresar sentimientos y dar a conocer los proyectos que se tienen en la vida.
El hombre nace de otras personas, es hijo en una familia y es en ésta donde comienza a ser social, de manera que es la institución básica en la vida de la persona. Aquí es donde comienza a aprender que necesita de los demás para su propio desarrollo, para su existir.
Podríamos preguntarnos: ¿Nos sentimos parte en esta sociedad en la que decimos vivir?, y aún más, ¿Somos capaces de reconocer que necesitamos del otro para la propia realización? Muchas veces podemos sentir que no necesitamos de los demás, que no son parte importante de nuestra vida, que ni siquiera han aportado algo para nuestro beneficio. Pero si nos quedamos en este pensamiento, podemos ir cayendo en un egoísmo y de alguna manera excluir a personas que estén cerca de nosotros, perdiendo la oportunidad de intercambiar costumbres, pensamientos, información que genere una sociedad más unida que cumpla con su razón de ser, olvidando una función fundamental, como lo es, buscar satisfacer de manera conjunta las necesidades de quienes la conforman. Con esto podemos preguntarnos ¿He aportado algo nuevo a la sociedad, con todo lo que se me ha transmitido por medio de mi familia, instituciones educativas o laborales?
Es tiempo de ponernos a pensar de manera positiva, qué me pide la sociedad y cómo puedo realizar eso que me corresponde, ya que somos responsables de lo que vivimos dentro de nuestra propia ciudad. Es aquí en donde todos siendo parte de ella, debemos transmitir a las generaciones siguientes una unidad, para que así, podamos ver una sociedad que se vea beneficiada en todos los ámbitos que la integran.