Pumas deja escapar los tres puntos ante Puebla

Son unos Pumas que no saben ganar. Que se saben arriba en el marcador, que dominan con los arribos por ambos costados, que tienen el balón la mayor parte del encuentro. Pero… que sucumben en los últimos minutos. Dejaron ir una victoria hecha ante el Puebla (1-1) cuando sucumbía el partido para terminar empatando a un gol sobre el césped maltrecho del Estadio Cuauhtémoc.

Ahí llegaba Matías Alustiza (88') maniatando a Luis Fuentes por sector izquierdo. Sacaba un zapatazo cruzado para vencer a Alejandro Palacios. Un tiro preciso, raso, que pasó pegado al poste contrario. Por lo menos Pumas ya no perdió, ya que en pretemporada acumuló cinco derrotas a cuestas en igual número de partidos.

El jugador argentino de la Franja enmudecía al sector norte del estadio poblano que todo el partido habían mostrado superioridad a los gritos de los locales. Fue el cuarto aviso que los dirigidos por Antonio Torres Servín ignoraron, pues todo el segundo tiempo renunciaron a la posesión del balón y a los arribos constantes que sí tuvieron en la primera parte del encuentro.

De hecho, un centro que se paseó de poste a poste por parte de Emilio Orrantia, fue el único ataque importante de los Pumas en el segundo lapso. Lo demás, fue resistir las afrentas de unos Camoteros, equipo enfrascado en su interminable lucha por la permanencia en el máximo circuito del balompié nacional.

Martín Bravo se encargó de darle la victoria momentánea a los de la UNAM en una jugada elaborada por los dos refuerzos Ariel Nahuelpan y Cándido Ramírez. El argentino filtró el balón a los pies de Cándido, quien dio a Martín Bravo, quien sólo empujó para mandar al fondo de la red (28').

Nahuelpán mostró garra y oficio al momento de disputar los balones. Un apoyo en el frente cada que los universitarios acechaban la puerta defendida por Villalpando.

Pero, con el marcador a su favor, desaparecieron poco a poco los arribos de Carlos Orrantia, las incorporaciones de Josecarlos Van Rankin, las aproximaciones de Bravo y la idea creativa de Ramírez. Después vinieron las salidas de Cándido y Martín, para acabar de renunciar a alguna iniciativa ofensiva ante el rostro serio de su director deportivo Alberto García Aspe, desde un palco del Cuauhtémoc.