La Selección ha mostrado caras muy distintas en los últimos años. (Archivo)
Aunque en un inicio el nombramiento de José Manuel de la Torre se tomó con algo de incertidumbre, no pasó mucho tiempo para que "Chepo" y el Tri tomarán su ritmo.
Tras la final de la Copa Oro de 2011, en la que México se impuso en la final al acérrimo rival del Norte en una final soñada remontando una desventaja de dos goles, comenzó un idilio entre la afición y el Tricolor que se extendería por dos años. Además el Tricolor Sub 17 se coronaba en el mismísimo Estadio Azteca en la Copa Mundial de la división, nos la empezamos a creer.
Llegó 2012, oro en los Juegos Olímpicos venciendo a Brasil en la gran final en Wembley, no la creímos y hasta llegamos a pensar: si este equipo Sub 23 ganó el oro, sin "Chicharito" y Vela ¿qué no harán en la Copa del Mundo?
Y cuando Andrés Guardado dijo que el Mundial era "muy diferente" a los Juegos Olímpicos hubo quienes casi lo crucifican por demeritar el logro del Tri, pero el "Principito" tuvo razón, ni siquiera la eliminatoria "concacafquiana" es igual a los Juegos Olímpicos.
Pero siguió 2012 y México arrasó en su grupo al avanzar a paso perfecto y nos deslumbramos aún más con los triunfos ante las "poderosas" selecciones de Costa Rica, El Salvador y Guyana.
Gracias a las victorias hasta se le perdonó al José Manuel de la Torre su futbol resultadista y dejamos que pasara desapercibida su actitud prepotente y soberbia en entrevistas y ruedas de prensa. Al fin y al cabo no había de qué preocuparse. Todos, como dice el comercial, "hacíamos sándwich".
Hasta que llegó 2013 y nos regresó a otra realidad, esa realidad donde el "futbol resultadista" del "Chepo" es un estilo que se agota rápido y se vuelve sumamente previsible para los rivales.
Esa realidad donde México no puede competir contra potencias como Italia o Brasil en la Copa Confederaciones.
La realidad subalterna en donde México no le puede ganar a Panamá en la Copa Oro, ni teniendo dos oportunidades.
Un sueño surrealista en donde la Selección Nacional es abucheada en su casa, en donde ya ni siquiera el pundonor de Oribe Peralta pueden levantarla y se le escapa el boleto mundialista.
Esa realidad en donde ocurren demasiados desastres para un solo culpable.
¿Cuál será la verdadera realidad del Tri?, ¿la de 2012 o la del 2013? ¿Los Juegos Olímpicos que nos hicieron soñar o el aztecazo ante Honduras?
A lo que sigue
Para que los tricolores se mantengan por lo menos en zona de repechaje del Hexagonal deben vencer este día a Estados Unidos en Columbus, una ciudad donde nunca han ganado y ni siquiera han metido gol. Misión complicada para Luis Fernando Tena, cuya primera labor debería ser quitarle todos esos "fantasmas" a los seleccionados, levantarles el ánimo y traerse los tres puntos.
En caso de que México pierda o empate hoy, quedaría a merced de Panamá, quien con un triunfo lo bajaría al quinto lugar fuera del Mundial. Los "canaleros" visitan a Honduras en Tegucigalpa.
El golpe anímico tras este partido será clave para el Tri, debido a que el 11 de octubre recibirá a los panameños en el Azteca en un duelo donde prácticamente se estarán jugando el boleto al repechaje.
La última fecha de la eliminatoria la disputarán el 15 de octubre en San José ante Costa Rica, los "Ticos" son líderes del Hexagonal y le sacaron un empate sin goles a México en el Azteca.
En el peor de los escenarios, México buscaría tanto Honduras como Estados Unidos le propinaran derrotas a Panamá, para mantenerse en el cuarto lugar.
Si utópicamente el Tri gana sus tres encuentros restantes aseguraría el repechaje y con combinación de resultados podría llegar al segundo lugar del Hexagonal.
Luis Fernando Tena conoce a este grupo de jugadores y se espera que se convierta en un auténtico "bombero" que apague las alarmas en el Tri, pero nadie lo culparía si no se logra el ansiado boleto.