Desde hace dos años, por lo menos, se viene hablando de la crisis por la que atraviesa el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de Torreón. Pero pese a las evidencias y los constantes señalamientos, las autoridades del organismo operador se han empeñado en negar que la situación sea “tan grave”.
En cuestiones técnicas, cada año se presentan los mismos problemas. Por una parte, al reparar alguna línea de conducción de agua potable o de drenaje, las calles duran semanas, incluso meses, sin ser debidamente rehabilitadas. Por la otra, cuando llega la temporada de calor, la demanda de líquido rebasa la capacidad del Simas. Colonias enteras, prácticamente ya de cualquier sector de la ciudad, se quedan sin agua.
No es de extrañar que sea el Simas la dependencia que más quejas tiene en la Dirección de Atención Ciudadana y una de las peor ubicadas en cuanto a tiempo de respuesta de las mismas. Por si fuera poco, recientemente se dio a conocer que hay ciudadanos que prefieren acudir a la Procuraduría Federal del Consumidor a presentar sus quejas por el deficiente servicio.
Pero quizá lo que más preocupa es la situación financiera de la empresa, la cual es causa de la incapacidad técnica de la misma. Entre el déficit derivado de un alto gasto operativo y la ineficiencia en el cobro de las cuentas, y la pesada carga que representa el crédito solicitado hace diez años para construir la planta tratadora de aguas residuales, el Simas opera con número rojos desde a actual administración.
Los candidatos con mayores posibilidades de triunfo -Miguel Riquelme, del PRI y Jesús de León, del PAN- coinciden en el diagnóstico negativo y en que la solución no es privatizar al organismo. En lo que no coinciden es en quién es el responsable. Como tirios y troyanos, cada quien culpa al bando contrario del desastre de la empresa y de pifias como los megatanques, inversión millonaria que no ha servido para lo que se prometió.
Pero el problema principal es que hasta ahora ninguno ofrece una solución clara y factible. En el encuentro organizado por El Siglo de Torreón, ambos aspirantes hablaron de hacer una “reingeniería” sin explicar a qué se refieren. También hicieron planteamientos tan obvios como pagar puntualmente a proveedores, reponer pozos agotados, recuperar la cartera vencida, y otros poco creíbles, dada la situación financiera actual del Simas, como reponer toda la red hidráulica. De ahí en más, nada.
Si se quiere empezar a ver una salida a la crisis del servicio de agua y drenaje, vital para la ciudad, es necesario, primero, que las autoridades actuales reconozcan el problema y sean transparentes y, segundo, que los candidatos ofrezcan un plan serio, bien sustentado y viable, no ocurrencias como las que han venido exponiendo.