Finalmente me separé de mi esposo ¿ahora qué pasa?
Sin querer se crea la costumbre de vivir en un hogar discorde con peleas frecuentes, donde se manejan diferencias y desacuerdos de manera desagradable, se lastiman o se ignoran continuamente. En un abrir y cerrar de ojos, la relación se deteriora y se convierte en una pareja aburrida, desconectada que sólo funciona por costumbre, sin gusto y donde el alma de ambos se vacía.
Hay sufrimiento, desgaste emocional, se experimentan sentimientos de soledad, frustración e incomprensión, la pareja llega a tal punto que la indiferencia predomina hasta que se llega al sitio que no se puede resistir más, se ocasiona una crisis mayor, una ruptura y en casos un divorcio inevitable.
Esta historia suena como un relato que marca el final de una relación, probablemente lo sea, sin embargo, también es el principio de un resurgimiento, un redescubrimiento y reencuentro consigo mismo, con una persona que se encuentra forzada a crecer a pesar del dolor y el sufrimiento que siente.
En los mejores casos, estas crisis y problemas hacen que la persona, encuentre su nueva realidad, tomando conciencia, responsabilidad y sobre todo encontrando valor para analizar y aceptar sus propias fallas; tratando sinceramente de mejorar, para recuperar su solvencia personal; restableciendo su estabilidad emocional, su paz interna y en algunos casos, hasta vuelve la posibilidad de que resurja la relación casi perdida.
En esos momentos de duelo o de pérdida y de incertidumbre, es importante recordar que éste es justo el momento para recuperar el amor propio, la confianza en la vida y sobre todo la fe de que en algún momento las cosas serán mejor.
Lo que es definitivo es que la persona que sufre una separación o ruptura con su pareja jamás vuelve ser la misma persona. En la mayoría de los casos crece, madura y sin buscar el cambio, cambia.
Tina sabía que las cosas no estaban bien en su matrimonio, no se podía engañar, las riñas y las discrepancias con Raúl cada vez eran más notables. Después de varios años de terapia de pareja, pláticas inconclusas, discusiones amargas y fríos alejamientos, Raúl finalmente se hizo de valor y decidió salirse de la casa, rompiendo su compromiso y partiendo su familia, después de todo sus hijos ya habían crecido lo suficiente y sentía que todos eran suficientemente independientes.
Definitivamente, él ya no podía resistir más, no podía vivir en una casa sin amor, ni comprensión, él sentía constantemente una pérdida de energía y una sensación de sofocación, un callejón sin salida.
Para la sorpresa de Tina, los días pasaron y su esposo no volvía, de hecho su decisión se fortalecía y se hacía más clara cada día que pasaba; ahora Tina, al igual que Raúl, tendrán que vivir una nueva y dura realidad, la separación.
Ambos tendrán que encontrar un nuevo punto de equilibrio, se tendrán que reinventar y renovar, para volver a encontrar su felicidad.
La receta
Yo en tiempos difíciles
Ingredientes:
1 taza de aceptación; reconocer la situación, tomar responsabilidad y adaptarse.
1 pieza de valentía; fortaleza para sentir el dolor y encontrar fuerzas para superarlo
2 rebanadas de confianza; fe y actitud positiva que reconforta y contiene
1 cucharada de aprendizaje; rectificación, corrección y conciencia de las acciones propias
1 manojo de esfuerzo; energía positiva, acciones concretas y cuidado personal
1 sobrecito de paciencia; dar el tiempo necesitarlo para sanar
3 gotitas de humor; cambio de foco de atención, aprecio de detalles simples
Recomendación del chef para hoy: Reconozco que no se puede cambiar lo sucedido, ni tampoco se puede detener el proceso de la pérdida por más doloroso que éste sea, pero definitivamente si se puede aprender de él. Voy a tomar conciencia y responsabilidad de mis acciones, no soy víctima y voy a salir adelante.
Modo de preparación:
1. Haz de ti una prioridad aun, cuando la vida te deje cicatrices difíciles de borrar. Nadie es más importante que tú. Recupera tu amor propio, tu respeto y cuídate, esto es tu obligación principal. A pesar de que el sufrimiento deja marca profunda y nunca seas la misma persona, nadie tiene el poder de quitarte tu valor.
2. La adversidad sólo se manejar cuando se tiene la suficiente fortaleza para poderla superar. Es importante confrontar el dolor, reconocerlo y renovarse sin guardar rencor. Hay que tomar el tiempo necesario para adaptarse, asegurándose de hacer los cambios necesarios para volver a encontrar armonía personal y paz emocional.
3. Tu actitud determinará la manera como vivas tu vida. Se puede encontrar una razón para quejarse hasta en las mejores situaciones, también se puede encontrar motivos para agradecer la vida y las experiencias por más amargas y difíciles que éstas sean.
"Las situaciones que ocasionan dolor llegan solas, nadie las busca por gusto, por lo tanto hay que aprender a vivir a pesar del dolor, hay que dejar la negligencia, la arrogancia y poder seguir adelante".
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