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Recetas para la vida

Qué difícil es vivir con gente envidiosa

Becky Krinsky Braverman

La envidia es un sentimiento horrible que nubla la visión y confunde los pensamientos.

Es imposible evitar a los envidiosos, sin embargo, se pueden modificar algunas actitudes que provocan y alimentan la envidia en los demás.

Cuando una persona camina segura de sí misma, tiene decisión propia, hace lo que se propone y lo hace bien y puede crear un poco de controversia; sin querer, es probable que su manera de ser intimide e incomode, sobre todo a personas inseguras o envidiosas.

La imagen que una persona proyecta puede detonar tanto peores vibraciones como inspirar las mejores expresiones de bondad y ejemplo. Todo depende del tono en que se exprese y haga sentir la los demás.

Es importante aclarar que queda sobre entendido que la percepción que los otros tengan sobre los demás es realmente propiedad privada, no depende de lo que uno hace, si no de cómo son percibidas las acciones según su punto de referencia.

¿Cómo puede ser que una persona realizada, contenta y exitosa pueda crear tantos resentimientos, envidia y malestar? ¿Por qué si ella no se mete con nadie, siempre encuentra gente que la critica y la lastima, al grado que no resisten su presencia y hacen todo lo posible por tratar de quitarle sus méritos inventando falsedade?

Es una verdadera lástima ver cómo las malas bocas con intenciones filosas pueden ensuciar hasta las acciones más nobles y desinteresadas que hay.

Definitivamente, no se puede controlar el sentir de los otros, pero, un poco de humildad y sensibilidad, son ingredientes que pueden ayudar a mejorar las relaciones aun con esas personas en que su naturaleza es negativa y tienden a envidiar.

La receta

Sensibilidad que suaviza las relaciones personales.

El toque con delicadeza.

Ingredientes:

1 taza de respeto; valor de sí mismo y de los otros.

1 manojo de empatía; consideración y validación de los sentimientos de los demás.

2 gajos de modestia; humildad, sencillez de actuar y para relacionarse.

1 cucharada de gratitud; reconocimiento de todo lo que se tiene y se recibe.

1 pizca de generosidad; abundancia de acciones y delicadeza para dar.

1 taza de conciencia; reconocimiento de que hay otros.

1/2 taza de cortesía; cuidado, amabilidad y atención.

Recomendación del chef: Asegurarte que tus acciones no lastimen, ni se sobrepongan ante otros. No se puede complacer a todo el mundo, pero sí se puede evitar algunos malos entendidos, sobre todo, los que puedes controlar tú.

Modo de preparación:

1. La actitud hace toda la diferencia. Una actitud sencilla, amable y modesta, invita y crea lazos de respeto; una actitud prepotente, indiferente o impositiva, aleja, creando rechazo, critica e incomodidad.

2. Actuar sin tomar en cuenta al otro es como cocinar sin sabor. Cuando se piensa y se actúa en función de las personas que nos rodean, las acciones se tornan en ingredientes valiosos, que sazonan las relaciones y nutren el alma de los demás.

3. Cuando uno se conduce con respeto, genera respeto mutuo. El cocinero que reconoce su lugar en el mundo, se comporta con humildad y honestidad, logrando una temperatura cálida y obteniendo un lugar especial en la vida de los demás.

"Ten cuidado cómo y qué es lo que cocinas, porque te lo puedes llegar a comer sólo tú."

www.recetasparalavida.com

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