La selección de Brasil entrena bajo la mirada de sus aficionados. (Jam Media)
Brasil inició en Fortaleza la preparación para su segundo partido por el Grupo A de la Copa Confederaciones contra México, en el que buscará sacar la espina que tiene clavada desde la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Seis jugadores del equipo de Luiz Felipe Scolari, entre ellos el astro Neymar, estaban en el equipo olímpico que cayó por 2-1 ante el Tri en la final jugada en Wembley y vio naufragar una vez más el sueño del futbol brasileño de alzarse con el inédito oro olímpico.
"Claro que me acuerdo de ese partido. Ese fue un día muy triste, no sólo para los jugadores, sino para todo Brasil", afirmó el lateral Marcelo, de acuerdo con información de agencias internacionales. Él es uno de los integrantes del equipo que tenía además el astro Neymar, los mediocampistas Oscar y Lucas, el zaguero Thiago Silva y el delantero Hulk.
SERÁ MÁS DIFÍCIL
Por ello es que el capitán de la verdeamarela, Thiago Silva, admitió que el tropiezo en la final de los Juegos Olímpicos sigue siendo una espina clavada para Brasil desde la derrota en la final olímpica.
"Siempre es complicado enfrentar a México. Los tenemos atragantados desde hace algún tiempo, pero no debemos encarar esto como revancha, sino como un partido importante", expresó el defensa, quien opinó que el próximo choque "será más difícil que la final olímpica".