Dinámica. Aseguró que las reformas, sobre todo la de telecomunicaciones y la energética, le darán mayor competitividad al país.
La reforma en telecomunicaciones tiene todo para convertirse, junto con la energética, en uno de los elementos clave que impulsarán la competitividad del país, aseguró el presidente de Telefónica México, Francisco Gil Díaz.
Al participar en el Summit 2013 de The Economist, aseguró que en esas reformas están dadas las bases necesarias para ingresar al siguiente nivel de competencia, en donde se debe incrementar la competitividad para hacer frente a los "nubarrones internacionales".
Y es que, dijo, en el caso de la reforma de telecomunicaciones es necesario asegurar que se dé una regulación asimétrica, para garantizar que se apliquen las medidas justas de competencia y no se mida con la misma regla a todas las empresas del sector, grandes y pequeñas.
DISMINUIR LAS ASIMETRÍAS
Y es que, dijo, en la medida que se fortalezca esta asimetría se garantizará una competitividad sana en la que no sólo las grandes compañías se beneficien de la mayor parte del mercado.
La asimetría también permitirá establecer tarifas acordes al servicio que ofrece cada firma, ya que como se ha venido aplicando, equivale "a quererle poner el mismo vestido a dos modelos de diferentes tamaños".
Por otra parte, resaltó la necesidad de acabar con el efecto comunidad, en el sentido de que se deje de vivir en un circulo cerrado donde no se permita una competencia libre y equilibrada.
LEGISLACIONES SECUNDARIAS
Refirió que un factor importante del cual dependerá el éxito de la reforma en materia de telecomunicaciones será la legislación secundaria y las decisiones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel).
"La gran pregunta que se está repitiendo por parte de los analistas es: ¿si esta extraordinaria reforma. Este Rolls-Royce de reforma puede fracasar?, y la respuesta es sí, sí puede fracasar, depende de la legislación secundaria y de las resoluciones del Ifetel", apuntó.
Por ello, insistió en que es momento oportuno de tomar las decisiones necesarias para garantizar el avance que el país requiere a partir de estas reformas claves.