Regreso a clases.Una pequeña tapa su boca por el frío, sin embargo, se observa una mirada de miedo en su rostro.
Las clases se reanudaron ayer jueves para los estudiantes de la primaria de Newtown, Connecticut, en la que un hombre armado ingresó el mes pasado y mató a 20 niños y 6 adultos antes de suicidarse en la segunda peor matanza en una escuela en la historia de Estados Unidos.
Con las instalaciones académicas aún consideradas escena del crimen por las autoridades, los más de 400 estudiantes de la escuela primaria Sandy Hook tomaron clases en un pueblo vecino.
Los agentes de la Policía que vigilaban la nueva escuela la consideraron "la escuela más segura en Estados Unidos". El distrito escolar indicó que los padres de familia que deseen estar cerca de sus hijos podían acudir y permanecer en las aulas o en un auditorio durante el día.
Janet Robinson, directora de la primaria de Newtown, dijo que los agentes realizarían su mejor esfuerzo para hacer que los estudiantes se sientan seguros. "Tendremos un día normal", dijo.
El agresor, Adam Lanza, mató a su madre en su hogar en Newtown antes de dirigirse a la escuela. Lanza no tenía relación con la primaria y la Policía no ha proporcionado detalles sobre un posible motivo de su ataque.
Un padre de familia, Vinny Álvarez, dijo no estar preocupado sobre el hecho de que su hija de ocho años regrese a clases. Agregó que a ella se le permitió llevar un animal de peluche a casa de la biblioteca de la escuela.
"Se siente un poco de temor, pero estamos muy emocionados por ella y vamos a tener muchos, muchos niños hoy", dijo Álvarez. "El ambiente era muy alentador".
Los pupitres, mochilas y otras pertenencias de los alumnos que fueron abandonadas en la escuela tras el ataque fueron llevados a las nuevas instalaciones para que los niños no resintieran el cambio.
Varios carteles dando la bienvenida a los estudiantes de Sandy Hook fueron colocados a lo largo del camino hacia la nueva escuela, entre ellos uno que decía: "Oramos por ustedes".
Indigna reapertura de cine
Familiares de las víctimas de la matanza de julio pasado en un cine de Aurora, Colorado, manifestaron ayer su indignación y rechazaron una invitación de la empresa Cinemark para asistir este 17 de enero a la reapertura de la sala cinematográfica.
En una carta enviada a Cinemark, los familiares de las víctimas dijeron estar sorprendidos por el nivel de insensibilidad mostrado por la compañía operadora de salas de cine.
Cinemark envió una invitación por correo electrónico "para que usted y un invitado asistan a una velada especial de conmemoración el jueves 17 de enero", cuando se reabrirá la sala de cine en la que 12 personas murieron y más de 58 resultaron heridas en julio pasado.
La invitación fue distribuida por la compañía a través de la Organización de Ayuda a Víctimas de Colorado y en ella se indica que en la "velada" de reapertura del cine habrá consejeros disponibles para familiares de las víctimas que lo requieran.
En la carta a Cinemark, los familiares de las víctimas advirtieron que planean boicotear el evento de reapertura, no asistiendo al mismo.
El cine ha permanecido cerrado desde el 20 de julio de 2012, cuando en punto de la medianoche, James Egan Holmes, de 25 años, irrumpió en el lugar armado con un rifle automático y otras armas y disparó en forma indiscriminada en el interior de la sala.
