Regreso a clases

Millones de niños están regresando a clases. Este simple hecho cambia las rutinas y actitudes del país. La escuela es una obligación para los niños, pero también un lugar de preparación para la vida futura y, por qué no decirlo, un escenario para la socialización que es clave en el desarrollo personal.

Hoy más que nunca nos damos cuenta de que la educación debe ser sometida a exigencias tan importantes como las que tenemos en la vida laboral. La globalización, que ha obligado a las manufacturas mexicanas a volverse más competitivas, está tocando también la educación. Los niños y jóvenes mexicanos necesitan conocimientos que les permitan competir en el futuro con los de China, Corea, Europa o los Estados Unidos.

Pero hasta ahora la educación en México se mantiene en un nivel muy inferior al de nuestros rivales comerciales. En las pruebas internacionales el desempeño de los estudiantes mexicanos queda siempre muy por debajo del de otros países.

El gobierno está haciendo esfuerzos por incrementar la calidad de la educación. Muchas de las estrategias de la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto, tienen ese propósito. Una de ellas es hacer obligatoria la evaluación en la educación. Lo que no se mide, nos dicen, no puede mejorar. Pero curiosamente, una de las medidas tomadas en las últimas semanas por la Secretaría de Educación Pública ha sido eliminar la prueba “Enlace”, la cual tiene, sin duda, muchos defectos pero es casi el único instrumento de medición sistemática del desempeño académico en nuestro país.

Lo que nos dicen los especialistas es que los estudiantes mexicanos deben tener una instrucción más sólida en los conocimientos más fundamentales. Nuestros estudiantes no están aprendiendo siquiera las operaciones más elementales de la aritmética. Tampoco comprenden lo que leen. No aprenden a escribir y hablar correctamente y con claridad. Además, los niños deben aprender inglés y computación desde temprano. El inglés es hoy la lengua franca del mundo, y las computadoras los instrumentos que más se usan en el trabajo contemporáneo. Por ello, son indispensables, aunque en México hayan entrado muy tarde a las escuelas públicas.

En los próximos días, millones de niños mexicanos emprenderán el regreso a la escuela. En las aulas y los patios se reencontrarán con los amigos del curso pasado. Ésa es la parte social del regreso a clases y uno de sus elementos más atractivos.

Sin embargo, el gran reto se encuentra en los maestros. Ellos son la base del trabajo educativo. Contamos con docentes muy comprometidos con su trabajo, pero también con muchos que no están preparados y no tienen deseos de mejorar.

De hecho ha surgido un movimiento reaccionario en el sindicato de maestros que se opone a los cambios para aumentar la calidad de la educación. Para ellos evaluar a los maestros o destituir a quienes no tengan un buen desempeño, violaría sus derechos laborales.

Quizá. Pero México no podrá salir de la pobreza si no construye un mejor sistema educativo. No hay soluciones mágicas, el camino debe pasar por evaluaciones bien hechas y por una mejoría en el desempeño de los maestros en las aulas.

Twitter: @sergiosarmient4