Repudiadas con largas marchas de "indignados" en España; responsabilizadas de la crisis de hipotecas de lo que aún no se repone Estados Unidos, las calificadoras de deuda están en la mira de la reforma financiera, con la intención de regular su funcionamiento.
Lo que para algunos constituye la Biblia, para otros representa una opción para verificar la posibilidad de un acreditado de pago correcto, y para algunos más son prescindibles.
El banco Interacciones, por ejemplo, soslayó sus calificaciones al momento de contratar un crédito con alguna entidad federativa o municipio, constriñéndose su evaluación en 14 puntos críticos… y el voto de calidad en los Comités de Crédito de un consejero ajeno a premios por productividad.
El resultado hasta hoy ha sido positivo, dada su escasa o nula cartera vencida.
Los focos rojos se prendieron ante la pasividad de las filiales estadounidenses de Standard & Poors, Fitch Ratings, Moody's y demás etcéteras instaladas en México, ante el crecimiento desmesurado de la deuda de alguna entidad federativa o municipio.
Más aún, sólo a toro pasado, cuando las empresas promotoras de vivienda empezaron a incurrir en incumplimientos, se le degradó su calidad crediticia.
Antes de ello no hubo alerta sobre el sobrendeudamiento en que incurrían al comprar reservas territoriales fuera de las áreas urbanas o cuando se cambiaron radicalmente las reglas para construcción de vivienda de interés social.
Y si le seguimos, las firmas les dieron una calidad crediticia aceptable a las constructoras en la fase previa a la colocación interminable de emisiones de deuda.
¿Y cómo le haría Mexicana de Aviación para que Banorte le prestara mil 500 millones de pesos con garantía de los pagarés bancarios de sus clientes… meses antes de que saliera de las pistas? ¿Y el Banco Nacional de Comercio Exterior, para facilitarle mil millones?
En el 2008, tampoco los calificadores alertaron del riesgo en que incurría la Comercial Mexicana por sus riesgosas operaciones de derivados que se pactaban un día a la devaluación del peso y otro a la revaluación.
Aunque existan en el planeta 74 agencias calificadoras, el mercado está monopolizado por las tres grandes de Estados Unidos, con sede en Nueva York, quienes dominan el 90% del mercado.
Sus calidades crediticias oscilan entre la triple A con grado de inversión, hasta la D, en cuyo sótano una emisión de deuda puede convertirse en bono basura. Según sus propios dichos, en sus cálculos usan modelos econométricos con distintas variables, como deuda acumulada y la velocidad de devolverla en un ejercicio de valoración de cada analizada.
El caso es que les pasó de noche el exceso de créditos hipotecarios en Estados Unidos que provocó la mayor crisis en la última década para los bancos de su país, obligándolos a una recomposición.
También les pasó de noche el sobrendeudamiento del gobierno español para cubrir pasivos de cartera corriente por un escenario laxo en el otorgamiento de prestaciones sociales, provocando un ajuste traumático.
En el escenario de la reforma financiera integrada en los compromisos 62 y 63 del Pacto por México, se plantea que las calificadoras de las firmas tengan certeza total, vía la revisión de sus modelos paramétricos.
Digamos, que como España, México plantea un escenario más riguroso para instancias que hasta hoy permanecen como intocables, pese a las ingratas experiencias del pasado. Dicen que más vale tarde que nunca.
BALANCE GENERAL
El punto fino, el eje de las conversaciones entre el presidente Enrique Peña Nieto y su homólogo de la República Popular China, Xi Jinping, será la posibilidad de allanar la ruta para la firma de convenios entre empresas de uno y otro países para inversión o canales de exportación. Aunque la balanza comercial conjunta entre las naciones alcanza 62 mil 656 millones de dólares, la paradoja es que la participación de México es de sólo cinco mil 720.
El resto, 56 mil 936 millones, es para China.
Y aunque los chinos han sembrado apuestas de inversión en América Latina por 14 mil 619 millones de dólares, a México sólo le han tocado migajas: 286 millones 309 mil dólares.
El acumulado es de 1999 al 2012.
SENTENCIAN A TÉLLEZ
Acusado por la cadena de tiendas Elektra de manipular la información en relación con el cambio de metodología para seleccionar a las empresas que integran el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, el presidente de ésta, Luis Téllez, fue sentenciado a pagar una colosal indemnización.
De acuerdo con la emisora, la caída en el precio de sus papeles ante la imprudencia del directivo fue de 60%.
La empresa se amparó para seguir siendo una de las integrantes del Índice, en el que caben las emisoras con mayor bursatitlidad, es decir movimiento de cara a los inversionistas. El caso es que Téllez intenta por todos los medios jurídicos eludir el pago de la indemnización a que fue condenado.
COLECCIÓN DE DEMANDAS
En los últimos días las promotoras de vivienda Geo, Homex y Urbi han acumulado ocho demandas más a su ya larga cuenta, lo que multiplica sus problemas.
El Banco del Bajío, por ejemplo, presentó una querella contra Urbi en reclamo de un préstamo de 78 millones de pesos. Contra la misma intermediaria se plantó otra, en este caso por la falta de pago de un crédito de 99 millones.
La firma acumula dos demandas en Estados Unidos y tres en México.
Contra Homex, además de las querellas planteadas por Barclays y Credit Suisse por terminación anticiapados de contratos de derivados exigiendo el pago de 536 millones de pesos y 26.3 millones de dólares respectivamente, se planteó un reclamo del Bank of America por 381 millones de pesos.
A Geo la demandó el Scotiabank por deudas que según la propia constructora representan apenas 0.5% de su débito total.
BANCA DE CHISGUETE
Según datos del Banco Mundial, el crédito total que otorga la banca en nuestro país equivale al 26.1% del PIB, en cambio en Brasil alcanza más del doble: 61.39%.
La comparación con China es de cuatro a uno, dado que alcanza 127.37%.
Y aunque en países desarrollados se ha restringido el crédito, aún en España éste llega a 205.9, en tanto en Estados Unidos se alcanza 199.1 y en Japón 172.8.
La paradoja del caso es que las utilidades de las filiales de bancos extranjeros en México se convierten en el principal venero para éstos. Se diría que el gran negocio es el cobro de los servicios.
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