El excomandante en jefe del Ejército chileno, general en retiro Juan Emilio Cheyre, reiteró su inocencia en el crimen de la pareja conformada por la mexicana Rosario Avalos y el argentino Bernardo Lejderman, en 1973, informó hoy El Mercurio.
En declaraciones a la edición digital del periódico chileno, Cheyre apuntó que ese año, en su calidad de teniente y como ayudante del comandante del Regimiento Arica, llevó al hijo de la pareja, Ernesto Lejderman, entonces de dos años, a un convento para que lo cuidaran.
Recordó que una patrulla militar que llegó con el niño al regimiento, el 8 de diciembre de 1973, afirmó que la pareja argentino-mexicana se había “suicidado con dinamita cuando estaban siendo perseguidos” por los uniformados en el norte chileno.
Indicó que su superior, Ariosto Lapostol, le dijo que ya había hablado “con el arzobispo de La Serena, monseñor Francisco Fresno, y me ordena buscar un convento de monjas que acoja al niño, mientras él inicia los contactos con las embajadas de Argentina y México”.
La idea, apuntó, era ubicar mediante las representaciones diplomáticas a los abuelos del menor, por lo que “de inmediato llevé al niño –quien jamás fue retenido en el regimiento- al convento, previo conversar con monseñor Fresno”.
Tras esa acción, agregó, “no volví a saber nada, solo conocí los esfuerzos realizados por el comandante para que las embajadas de Argentina o México concurrieran a La Serena para enfrentar el tema, hecho que tomó meses”.
“Tengo la certeza de que el comandante y el arzobispo hicieron, en ese momento y posteriormente, todo para que nada dañara al niño más de lo que ya había sufrido con la muerte de sus padres”, indicó Cheyre, quien al momento de los hechos tenía 25 años de edad.
En cuanto a su situación judicial en este caso, el exoficial subrayó que “no se me imputó nunca nada, porque mi única acción fue ejecutar la orden de entregar al niño al convento, solo conociendo la versión oficial que se nos dio durante más de una década”.
Insistió que la “verdad oficial” que conoció sobre la pareja fue que se había suicidado, la cual “se mantuvo, según tengo entendido, hasta el año 1998, en que se inició un proceso por denuncias acogidas por los tribunales” de justicia.
“Hasta esa fecha jamás supe de antecedente alguno que me hiciera dudar de la versión oficial que se me comunicó el 8 de diciembre de 1973, causándome un impacto que nunca olvidaré al ser informado que una madre y un padre se habían suicidado”, acotó.
Añadió: “en lo personal, el hecho me conmovió y me conmueve, marcando profundamente mi vida y mis actos cuando, teniendo los cargos que asumí, se me develó una verdad que había sido tergiversada por décadas por una versión oficial”.
El caso del crimen del matrimonio argentino-mexicano, y de lo que vivió horas después el hijo de ambos, volvió a la palestra esta semana luego que un politólogo recordó la participación de Cheyre en los hechos.
