La política monetaria, como ya lo he señalado en otras ocasiones, es por ahora la única con cierta capacidad para tratar de estimular la frágil recuperación económica en las principales naciones avanzadas, pero esa capacidad se ha puesto en duda en algunos círculos. A pesar de ello, el Comité Federal de Mercado Abierto (Comité), encargado de diseñar e instrumentar la política monetaria de la Reserva Federal (Fed), sigue comprometido con el relajamiento cuantitativo, si bien algunos de sus miembros han comenzado a reconocer que los beneficios de los estímulos monetarios se están acercando al punto en que pueden ser un riesgo para la estabilidad monetaria y financiera futura.
Por ejemplo, en la minuta de la reunión de marzo del Comité, publicada en abril, se menciona que los miembros de ese organismo discutieron ampliamente los riesgos y beneficios de la política monetaria acomodaticia sin precedentes adoptada por la Fed a raíz de la Gran Recesión de 2008 y 2009.
La discusión se centró en la forma y el tiempo en que se desmantelará la tercera ronda del llamado relajamiento cuantitativo que, a diferencia de las dos rondas previas, no tiene una fecha de terminación definida desde su inicio.
Se espera que la ronda actual, con la que la Fed inyecta liquidez mensual por 85 mil millones de dólares (mmd) comprando valores gubernamentales y valores respaldados por hipotecas, concluya en forma gradual.
Sobre el tiempo en que esto ocurrirá, debido a que está vinculada a la mejoría en el mercado laboral, la minuta respectiva menciona que "Varios (miembros del Comité) consideraron que si las perspectivas para las condiciones en el mercado del trabajo mejoraban de acuerdo a lo anticipado, probablemente sería apropiado reducir las compras de valores más adelante en este año y suspenderlas hacia finales del mismo".
El comunicado de prensa sobre la reunión de la semana pasada, sin embargo, no abordó esta última posibilidad. En su lugar, reiteró lo mencionado en la reunión de marzo al señalar que "el Comité espera que la postura altamente acomodaticia de la política monetaria se mantendrá así por un tiempo considerable después de que termine el programa de compra de valores y se fortalezca la recuperación económica".
No puede descartarse, incluso, que más adelante la Fed, en lugar de terminar el programa de relajamiento cuantitativo, se decida a ampliarlo, como lo menciona en ese mismo comunicado al señalar que "el Comité está preparado para aumentar o reducir el ritmo de sus compras para mantener una política acomodaticia apropiada según cambie la perspectiva del mercado laboral o la inflación".
Es decir que, como siempre, la Fed deja abiertas varias opciones para ajustar su política monetaria futura.
Otro aspecto relevante de comunicado de la semana pasada menciona que "el excepcionalmente bajo intervalo de la tasa de los fondos federales será apropiado al menos mientras que la tasa de desempleo permanezca por encima del 6.5 por ciento, la inflación a uno o dos años se proyecte en no más de medio punto porcentual por encima del dos por ciento, objetivo de largo plazo del Comité, así como que las expectativas inflacionarias de largo plazo continúen estables".
Este mensaje nos dice que habrá relajamiento por un buen tiempo y abre la puerta para que, de ser necesario, el período de tasas anormalmente bajas pudiera extenderse hasta el 2016. No obstante, debe quedar claro que según pasa el tiempo, estamos más cerca del final del relajamiento cuantitativo en EU, donde se tendrá que precisar con más detalle la mecánica mediante la cual se dará fin a la ronda actual, así como el proceso de alza de tasas.
Esto, cuando suceda, seguramente repercutirá en los mercados financieros y cambiarios, que tendrán que prepararse para un entorno en el cual se interrumpa gradualmente la inyección masiva de liquidez actual y, más adelante, las tasas de interés regresen a cifras más elevadas que las actuales.
Para México, es previsible que mientras persista el relajamiento en EU y ahora en Japón, tengamos también tasas de interés bajas y un fortalecimiento del peso que bien puede alargarse hasta el 2014, pero cuando se retire esa política y comience el alza de las tasas, registraremos un menor flujo de capital y quizá hasta una salida de inversionistas que actualmente compran valores gubernamentales, lo que aumentará las tasas internas y debilitará nuestra moneda.