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Con la reducción del volumen para el riego, tuvo que disminuir también la superficie y a algunos agricultores -principalmente del sector social- les resultó más benéfico vender o rentar sus derechos de agua a sembrar su 0.6 de hectárea, explicó Mario Valdés Berlanga, presidente del Consejo Regional Agropecuario.
Poca disponibilidad
"Este año, al que rentó el agua le ha ido mucho mejor por la poca disponibilidad que hay", dijo. Consideró que se debe buscar la forma de regular este tipo de actividades donde se pueda establecer un mayor orden, para que no haya duplicidades, pues muchos la rentan pero también exigen mayor volumen.
Señaló que resulta incosteable para mucha gente, tanto pequeños propietarios como del sector social, sembrar un área tan pequeña, aunque admitió que esto se presenta con mayor frecuencia en el sector social. Los agricultores que quedan a mayor distancia de los módulos deben trasladarse a zonas más cercanas y esto no es rentable para ellos, por lo que prefieren rentar el agua.
"Sin duda se requiere una regulación", comentó, e indicó que la venta de derechos de agua es una práctica admitida de ley.
Transparencia
Consideró que sí se requiere mayor orden en estos movimientos, para que se realicen sin intermediarios, pues hay campesinos que demandan parte de su dotación en un módulo y el resto en otro.
