Celebran. Conmemoran la Última Cena de Jesús, en la Catedral de Santa María de Guadalupe.
Fieles católicos vivieron la representación de la Última Cena y el lavatorio de pies que se llevó a cabo en la Catedral de Santa María de Guadalupe, ayer por la tarde.
La misa fue oficiada por el Obispo, José Guadalupe Torres Campos, quien como símbolo de humildad, lavó y besó los pies de doce personas que encarnaron a los doce apóstoles, tal y como lo hiciera Jesús, según lo escrito en el evangelio de San Juan.
Para un cristiano, el lavatorio implica tres cosas: servicio, amor y humildad, dijo el Obispo.
Al finalizar el lavatorio, se conmemoró la Cena del Señor con la cual se estableció la institución de la Eucaristía, que es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre.
"La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que se consagró. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la hostia y el vino, no es sólo simbólica, sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación, ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino", expresó.
Durante la celebración, el Obispo recordó el mandamiento nuevo de Jesús: amar al prójimo como a sí mismo e invitó a los fieles a ponerlo en práctica.