Aproximadamente 20 policías federales, muchos de ellos con fracturas expuestas, vehículos destrozados, rejas derribadas y cristales rotos fue el saldo que dejó el enfrentamiento al interior de la Cámara de Diputados entre maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y fuerzas federales.
Aproximadamente un centenar de maestros oaxaqueños intentaron la noche de ayer lunes impedir que los diputados aprobaran en comisiones las tres reformas secundarias de la nueva Ley de Educación que avalaron “fast-track” legisladores de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM).
Los maestros protestaban desde muy temprano en el recinto legislativo e incluso se retiraron para apostarse en la plancha del Zócalo capitalino, pero aproximadamente a las 20:30 horas, cuando los diputados decidían avanzar en la aprobación de los dictámenes, los maestros volvieron a San Lázaro y molestos rompieron el cerco de seguridad de la puerta principal de San Lázaro en la calle de Emiliano Zapata e ingresaron al recinto legislativo.
Apenas una treintena de elementos de la Policía Federal y otros más de seguridad interna de San Lázaro trataron de contener el ingreso y embate de los maestros, sin embargo, fueron rebasados por los docentes quienes destrozaron dos vehículos que se encontraban estacionados en el acceso del inmueble.
En medio de las protestas, una comisión de más de 10 maestros encabezados por Rubén Núñez, secretario general de la Sección 22 de Oaxaca del CNTE, ingresó al recinto para tratar de entablar un diálogo con los diputados que aprobarían las reformas, pero al no encontrar el lugar de la sesión, molestos pidieron radicalizar las protesta al interior y comenzaron los disturbios.
Los maestros ingresaron a la fuerza entre golpes y piedras al recinto, sin embargo, las fuerzas federales contenían las protestas y se dio el enfrentamiento que duró más de una hora.
Los oaxaqueños voltearon un vehículo (Aveo blanco con placas 198-WFF) que se encontraba en el recinto e incluso le prendieron fuego, que después fue apagado por elementos de los bomberos.
Entre la refriega, los maestros tomaron como rehenes a seis federales, y los policías retuvieron a un maestro. La refriega fue contenida por los policías con escudos y toletes, además de bomberos, quienes con chorros de agua trataban de echar atrás a los maestros. Incluso, los maestros aprovecharon su irrupción para derribar rejas y romper cristales.
Después de aprobar las leyes secundarias de educación y la de transparencia, los diputados de las Comisiones de Educación y de Puntos Constitucionales, Transparencia y Reglamento y Prácticas Parlamentarias, que aún permanecían en San Lázaro, fueron orientados para que desalojaran el inmueble por la parte sur, sin que se dieran cuenta de los enfrentamientos.
"¿Por qué estamos encerrados?", "¡Qué irresponsabilidad de la seguridad!", decían una y otra vez los legisladores que acababan de aprobar, en comisiones, la reforma constitucional para darle al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) un nuevo marco jurídico.
Al recibir refuerzos, los Federales por fin lograron contener la refriega y sacaron a los maestros disidentes a punta de tolete y escudos.
Al final, los maestros retuvieron a seis elementos federales como rehenes, a quienes golpearon y a uno lo dejaron inconsciente. Para recuperarlos, los mandos federales tuvieron que negociar con los maestros, pues al interior de San Lázaro se encontraba herido un maestro que dijo pertenecer a la Sección 22.
La negociación duró más de media hora y se tornó tensa, pues los Federales temían que al abrir las puertas, los docentes ingresaran de nuevo al recinto y los maestros no querían soltar a los rehenes pues temían golpes de los federales.
La negociación estuvo a cargo del comisario de la Federal, Darío Chacón Montero y Adriana Campero Báez, quien es directora general de la coordinación de restablecimiento de la Federal.
"Ellos querían a su maestro y nosotros queríamos en intercambio a nuestros compañeros de la Policía Federal. Nosotros teníamos un maestro y ellos tenían seis elementos. Tuvimos 20 elementos con fracturas expuestas", comentó Adriana Campero.
Los elementos policiacos heridos fueron llevados en camillas y ambulancias a un hospital para ser atendidos, muchos de ellos con sangre en sus rostros.
La zona del enfrentamiento terminó como una zona de guerra, con piedras, palos, rejas y coches destrozados.
