Retrato hablado del mundillo cultural
El miedo a los animales, autoría del mexicano Enrique Serna, es una novela que se encarga de plasmar el entorno de las grillas culturales, donde al parecer los actos de corrupción son muy similares a los que se dan en las entrañas de la policía.
¿Qué tiene en común la corrupción presente en la política y el sistema de justicia con el ámbito cultural? En el papel, nada. Sin embargo estos territorios hipotéticamente tan distintos podrían tener bastante similitud; al menos así convergen en El miedo a los animales de Enrique Serna (Ciudad de México, 1959).
Publicada por primera vez en 1995, la novela se inscribe en la tradición de las historias policiacas que reflejan el desencanto de la sociedad ante un aparato de justicia deshonesto y débil, donde los culpables nunca serán condenados (tema tan de moda en estos días).
ÉRASE UNA VEZ UN ESCRITOR
La trama tiene como protagonista a Evaristo Reyes, un escritor frustrado que devino en periodista de la nota roja y un buen día renuncia a todos sus ideales para entrar a trabajar en la Policía Judicial, una de las corporaciones más corrompidas.
Corren los años noventa. Evaristo carece de vocación para ese empleo, pero guarda la esperanza de que en su convivencia con agentes y delincuentes encontrará la información necesaria para desarrollar una novela que según su plan lo encumbrará, puesto que proyecta denunciar en su texto la injusticia imperante en el país. Está convencido de que esa labor le merecerá un lugar en la Historia y por ende lo hará alcanzar la inmortalidad literaria.
Su amor por las letras saldrá a flote en su primer caso. Su jefe, el corrupto comandante Maytorena, le pide investigar al periodista cultural Roberto Lima, quien escribe para el diario El matutino y en uno de sus artículos insulta a Jiménez del Solar, el presidente de la república, quien fiel a la tradición del presidencialismo en México deja a la nación en ruinas. Hay que callar la voz crítica. Por eso Evaristo (quien renunció a las letras por presión de su esposa, ante la falta de dinero) intuye que en realidad buscan matar a Lima. En respeto a su pasado como literato decide ponerlo sobre aviso; sin embargo la advertencia no servirá de nada y el periodista será asesinado, desencadenándose una serie de sucesos marcados por el misterio y el suspenso.
Tras el crimen, Maytorena responsabiliza a Evaristo; éste lo niega y promete dar con el culpable. En sus averiguaciones comprueba que en el mundillo cultural, el cual por cierto siempre ha admirado, la corrupción es cotidiana. Los apoyos y becas no se otorgan a los artistas por méritos sino por palancas y compadrazgos. Las críticas elogiosas son hechas para halagar la vanidad de autores mediocres pero con influencias, como una manera de buscar y ganar privilegios. Hasta el sexo es moneda de cambio en la búsqueda de que un libro sea publicado.
El nombre de la novela proviene justo de esa ‘fauna’ que encuentra Evaristo en sus investigaciones. Los actores del escenario cultural (concretamente escritores y periodistas) se mueven con el único objetivo de obtener favores y los escrúpulos ya no son un obstáculo para alcanzar sus propósitos. El protagonista concluye que el medio intelectual es más hipócrita, deshonesto y asfixiante que el de la Procuraduría.
El miedo a los animales aborda además la relación amafiada de los intelectuales con los gobernantes en turno. En una entrevista para El Universal, Serna confesó haberla realizado: En un momento de indignación con la política cultural que había seguido Carlos Salinas de Gortari de ofrecer becas a escritores de pantalón corto, a consagrados, a maduros, que me parecía era una manera de ganarse las simpatías de un sector que era potencialmente peligroso para él.
CAUTIVANTE Y VIGENTE
Autor de exitosas novelas como Fruta verde, Uno soñaba que era rey, Señorita México, los cuentos Amores de segunda mano, así como las crónicas Giros negros, Enrique Serna es uno de los autores nacionales que ostentan mayor reconocimiento de críticos y público en general. Es bien sabido que posee la virtud de atrapar a lector desde las primeras líneas y no soltarlo hasta el final de las páginas.
Fiel a su estilo, en este volumen presenta una obra (también catalogada como thriller y novela negra) donde la ironía y el humor negro son las herramientas principales para elaborar una radiografía de las mafias culturales, enfatizando que en ellas el elitismo y la hipocresía están siempre presentes.
En México los grandes detectives estilo James Bond no existen. De ahí que Evaristo Reyes sea una especie de antihéroe. La soledad es su única compañera. La dureza de la realidad lo ha obligado a renunciar a sus ideales de juventud. De soñar con ser escritor termina ejerciendo de judicial. De las buenas costumbres pasa a convivir con la delincuencia que porta placa y tiene permiso para asaltar e incluso matar.
A pesar de que han transcurrido varios años desde su primera publicación, estamos frente a una pieza narrativa que no pierde vigencia y nos permite conocer las entrañas del siempre célebre mundillo cultural, admirado por muchos, temidos por otros.
Twitter: @lharanda