En sus distintas formas, refinada, sacarosa, fructosa y jarabe de maíz de alta fructosa, la azúcar es tan tóxica y dañina para la salud de quienes la consumen en exceso, como el alcohol y el tabaco. (ARCHIVO)
El consumo alto de azúcar es responsable de la pandemia de obesidad y diabetes, por lo que es necesario regularlo por el bien de la salud pública, advirtió el doctor de la División de Endocrinología de la Universidad de California, Robert Lustig.
El experto en el metabolismo del azúcar advirtió que en sus distintas formas, refinada, sacarosa, fructosa y jarabe de maíz de alta fructosa, es tan tóxica y dañina para la salud de quienes la consumen en exceso, como el alcohol y el tabaco.
Durante la conferencia magistral “La Pandemia del Azúcar, el desencuentro de la política pública con la política”, convocada por la Alianza por la Salud Alimentaria, señaló que el consumo excesivo de azúcar, en especial de fructosa, presente en los refrescos, es el causante de la epidemia mundial de obesidad y diabetes.
También es responsable de enfermedades asociadas, el síndrome metabólico, y de diversos tipos de cáncer, además de dañar directamente al hígado.
El neuroendocrinólogo aseguró que nuestro actual medio ambiente nutricional es tóxico debido los contenidos altos de azúcar y bajos en fibra y que la única forma en que la sociedad puede revertir esto es cambiando el medio ambiente alimentario.
Agregó que eso significa ingerir azúcar en bajas cantidades y más fibra mediante el consumo de alimentos "reales".
Advirtió que en los últimos 50 años, el consumo de azúcar se ha triplicado a nivel mundial, por lo que la amenaza que representa para la salud y la adicción que genera merece que reciba de los gobiernos el mismo trato que el alcohol.
Se dijo esperanzado en que la industria alimentaria haga lo correcto, que sería vender comida de verdad, alimentos sin refinar. Tenemos la capacidad tecnológica para ofrecer y comer comida de verdad, insistió.
Advirtió que si bien el problema del sobrepeso y la obesidad es multifactorial, no se debe hablar de responsabilidad individual, pues las enfermedades relacionadas han colapsado al sistema público de salud de países como México.
De acuerdo con Lustig, el azúcar no es necesario para alguna función o reacción del cuerpo humano; se trata de un ingrediente que aumenta el almacenamiento de grasa en el cuerpo pero que no sacia el hambre, por el contrario, engaña al cerebro haciéndole creer que tiene hambre.
