Rincones tatuados

En los últimos años los tatuajes han cobrado auge, cada vez más personas se animan a colocar una de estas marcas permanentes en su piel. Pero al hacerlo no basta con tomar en cuenta el diseño o el profesional al que acudirán, también es preciso pensar en qué parte del cuerpo quedará el trazo.

Nuestra piel, como un lienzo, exhibe en su superficie huellas de la manera en que vivimos; pero más allá de arrugas, líneas de expresión, cicatrices y demás marcas que cada uno puede acumular, hay quienes deciden darle un detalle propio a través de un tatuaje.

Hoy en día los tatuajes ya no son sólo sinónimo de rebeldía, ni siquiera de juventud; hace tiempo que ese estereotipo quedó derrotado por la realidad: gente de todas las edades y estratos sociales se tatúa por muy distintas razones. Desde luego, no falta quién se haga uno de forma impulsiva y después lo lamente, pero cada vez se detecta una mayor conciencia entre las personas que gustan de ponerse estos grabados (o al menos así parece).

Si estás pensando en tatuarte, es importante que antes de hacerlo tengas varios factores en consideración. Particularmente hay uno que a menudo no se evalúa desde todos los ángulos necesarios: nos referimos a la parte de tu cuerpo en donde quedará estampado.

¿DÓNDE VA?

Aunque no es regla general, incontables personas toman como algo secundario la zona elegida para ser tatuada; es decir, suelen limitarse a visualizar únicamente dónde se les verá mejor en el momento y si el diseño elegido cabe en esa área. Pero hay mucho más que analizar.

¿Quién lo verá?

Cierto: tal vez las estrellas que tanto te gustaron para tu antebrazo o el dragón que quieres en el cuello no lucirían mejor en otro lugar. Pero... ¿estás dispuesto a asumir las implicaciones de tener un tatuaje a la vista?

Aunque el cuerpo es propiedad de cada uno, lamentablemente en gran parte del mundo y en especial en países como México, todavía existe una fuerte discriminación hacia la gente con tatuajes. Hay empresas que no contratan a individuos tatuados e incluso llegan a despedir a sus empleados si descubren que mintieron al respecto, o bien si se hacen uno. Existe un anacrónico prejuicio de que los tatuajes son símbolo de identidad para pandillas y delincuentes en general; que son ‘cosa de drogadictos’. Y esta idea no sólo puede ser una limitante para obtener o conservar un trabajo, sino motivo de discriminación en la sociedad.

Hay quienes creen que nadie verá su tatuaje en el hombro o la espalda, pero olvidan que durante el verano o en sus visitas a la playa quedará a la vista; en el caso de las mujeres, los vestidos de coctel seguramente dejarán al descubierto estas áreas.

No se trata de descartar una zona del cuerpo en particular, simplemente es preciso estar consciente de qué tan a la vista quedará tu tatuaje y las repercusiones que ello te puede acarrear.

Cómo se ve ahora, cómo mañana

El tiempo va dejando sus huellas en el cuerpo y tarde o temprano casi cualquier parte de la piel empieza a colgar o a arrugarse. Aun antes de envejecer, los aumentos o pérdidas de peso pueden ocasionar que un colibrí termine por parecer un búho o un corazón acabe por verse como un tomate. El paso del tiempo modela el movimiento celular e influye en la distribución de la tinta en la dermis. Y además del envejecimiento, intervienen factores como el tamaño del tatuaje e incluso la exposición al sol. ¿Dónde quieres tatuarte? Antes de responder, lee lo siguiente:

-Cuello. Aparte de que es un área difícil de cubrir y estará a la vista permanentemente, aquí la piel tiende a transformarse en una especie de colgajos en tiras por las arrugas y la pérdida de firmeza, lo que llevará a tu tatuaje a tener un aspecto muy desagradable y deforme.

-Área de brazos. El hombro es el más utilizado: buena área, pues conserva su firmeza de por vida (pero es difícil de ocultar). En la cara interna del brazo se da el problema de la flacidez a partir de los 35 años, así que conforme progrese el envejecimiento el tatuaje formará parte de las ‘alas de murciélago’. La apariencia de las manos se deteriorará con la aparición de arrugas y manchas de la edad.

-Espalda. La parte media es muy firme, pero bajo los omóplatos la piel tiende a caer y a formar pliegues que ‘soltarán’ el tatuaje, cambiando completamente la intención del mismo. La espalda baja estuvo un tiempo de moda sobre todo para las mujeres; no obstante, esta zona se cuartea con los embarazos y si con estos se sube y baja de peso la imagen se va deformando y ya no recupera su silueta original. También puede desarrollar estrías.

-Pecho. Área poco recomendada, ya que tiende a hacer cicatriz queloide. Algunas mujeres se ponen frases bajo el busto, que eventualmente quedan cubiertas con la caída de la mama.

-Abdomen. Definitivamente es un área arriesgada si de la apariencia del tatuaje se trata. De entrada, la mayoría no cuenta con cuerpos esculturales y aun los de figura envidiable no la conservan para toda la vida. En mayor o menor medida, casi todos subimos y bajamos de peso con cierta frecuencia; con los embarazos (o aumentos fuertes de peso) aparecen estrías, mayor flacidez y piel colgante. E incluso si recuperas tu abdomen plano, el tatuaje va sufriendo cambios irreparables.

-Muslos. Aquí se enfrenta el problema de la celulitis que transforma el diseño por el aspecto de piel de naranja; un tatuaje aquí definitivamente sólo lucirá una corta temporada.

-Piernas y pantorrillas. Si haces ejercicio lucirán firmes por muchos años y tu tatuaje sólo se decolorará, al igual que los tobillos.

-Cuero cabelludo. Hay quienes se rapan parte del cráneo para tatuarse; la ventaja es que el cabello puede cubrir el dibujo si ya no se quiere mostrarlo. Pero con la edad, en el área de la nuca se forman pliegues que deformarán la imagen.

PIENSA A FUTURO

Todos somos libres de decidir sobre nuestro cuerpo, sólo hay que asumir conscientemente nuestras elecciones. Si estás convencido de ponerte un tatuaje recuerda escoger con cuidado en qué parte de tu cuerpo lo quieres y dedica unos minutos a imaginar cómo se verá dentro de 10, 20, 30 años o más.

Correo-e: hebe.medicina.estetica@gmail.com

ANTES DE SENTIR LA AGUJA

Sea lo que fuere que te haya inspirado o esté inquietándote para realizarte un tatuaje, necesitas tomar en cuenta algunos puntos esenciales, tanto si es tu primera vez como si ya antes has recurrido a este procedimiento; después de todo, cada tatuaje es único.

1. Aunque pueda parecer obvio, recuerda que tomar la determinación de aplicarte un tatuaje conlleva la responsabilidad de saber que lo tendrás contigo para siempre. Es como un hijo, una vez que lo tienes, es un compromiso de por vida.

2. Escoge con cuidado el objeto (lo que quieres), cuida que no se trate de algo que simbolice una cuestión pasajera o que en el futuro te pueda causar arrepentimiento.

3. Busca a un profesional, alguien certificado que además trabaje en un local con todas las condiciones adecuadas de higiene.

4. Debes estar 100 por ciento convencido del diseño; cada profesional tiene su propio estilo al dibujar, no te dejes convencer por un modelo sólo porque el tatuador es el de moda en tu localidad.

5. De preferencia pide que primero te hagan el tatuaje con henna y si te gusta programa una segunda cita para convertirlo en permanente (nadie lo hace, pese a que el 30 por ciento de las personas se arrepiente o quiere cambiar el diseño).