Romeo Santos presentó en México su gira 'The King Stays King'.
Entre humo y al dar vuelta una silla de rey, con toques dorados, apareció en el Auditorio Nacional al tope de su capacidad la figura de Romeo Santos, quien en una noche de fiesta, baile y besos conquistó al público mexicano en la primera de sus tres fechas.
El apodado “Rey de la bachata” salió a las 20:40 horas vestido de negro con una camisa blanca. Los temas "You", "La diabla", "Malevo", "Por un segundo", "Que se mueran" y "Su veneno" abrieron una velada en donde hubo muchas risas e interacción con los asistentes, que él animaba en todo momento pidiendo aplausos y con movimientos sexys, por lo que hasta hizo un concurso para ver qué lado del recinto era el más animado.
"Wow, para mí es un inmenso placer estar aquí en esta nueva etapa como solista. Gracias por el apoyo que me han ofrecido", dijo después de aventar la toalla azul con la que secó su sudor.
Con un micrófono también dorado y del que su base era una corona, interpretó "Mi corazoncito", que adoptó su letra a nuestro país; "Los infieles", en donde habló de los errores que cada sexo comete al engañar a su pareja y "Debate de 4", canción en la que hizo una prueba para subir a tres hombres al escenario a cantarla con él; el ganador, calificado con los aplausos, ganó 300 dólares.
"Me dicen que este público es uno de los más excelentes con mucha euforia, buena vibra, eso dicen. Yo lo he comprobado esta noche y ustedes son excelentes", comentó Romeo.
"Dile al amor", "Magia negra", "Soberbio", "El perdedor", "La bella y la bestia" y "El malo" continuaron en su repertorio, donde se dio oportunidad de tomar varios celulares y grabarse él mismo. Pero el baile y los brincos llegaron con "Noche de sexo".
"Tengo las fanáticas latinas más hermosas del planeta porque vienen en diferentes tamaños, colores, nacionalidades y las mexicanas son muy sensuales. Me encantan porque están preparadas para lo que sea y se los puedo comprobar", afirmó.
Después de unos momentos apareció entre el público para hacer una parte de sus éxitos que no dejaron de ser coreados como "Enséñame a olvidar", "Todavía me amas", "Cuando volverás" u "Obsesión", para después volver al escenario tras los gritos que no dejaron de escucharse en todo el show.
Aunque por momentos preguntó "¿seguimos?" y la respuesta inmediata era "¡sí!", los ánimos no decayeron en temas como "Vale la pena el placer", "Angelito", "Soy hombre", "Peticiones" o "Rival", que canta por primera vez en México y en donde aprovechó para presentar a un invitado al que, confesó, le enseñó sobre comida dominicana.
"Durante mi carrera en Aventura y ahora como solista tuve la oportunidad de colaborar con distintos artistas, productores, compositores, cantantes y quiero decir algo. Tuve la oportunidad en mi primer disco de trabajar con un chico sumamente talentoso, que lo admiro; sigue demostrando que es uno de los mejores compositores de Latinoamérica, una voz increíble y me di el gusto de grabar con él. Reciban con un fuerte abrazo a mi hermano Mario Domm, me confieso un fanático".
Finalmente sonaron "Mi santa", "Promise" y "Un beso", en la cual por tradición subió a una chica a abrazarlo, tomarse una foto, besarlo y a la que le regaló un palillo, generando la envidia de todas las mujeres; pero esta vez no fue "gordita" sino "flaquita".
Después de los gritos de "¡otra, otra!" regresó para complacer a su público en "Llévame contigo", con un Coloso de Reforma lleno de emoción, baile y sensualidad.
"En las tres noches vendidas a capacidad gracias a ustedes, los adoro y los amo. Qué honor estar con ustedes esta noche, siempre orgulloso de ser latino y ¡que viva México!", se despidió nuevamente al girar el trono que es imprescindible en su gira The King Stays King, nuevamente con humo y papeles blancos saliendo desde el frente.