Nacional Salario mínimo Seguridad Narcotráfico Generación Z Pensión Bienestar

Rompen mitos y logran graduarse

LA EDUCACIÓN ES PARA TODOS

Universitarios. Lilí, David y Sofía son jóvenes con discapacidad intelectual que decidieron asistir a la Universidad y lo lograron, gracias a un programa de inclusión escolar.

Universitarios. Lilí, David y Sofía son jóvenes con discapacidad intelectual que decidieron asistir a la Universidad y lo lograron, gracias a un programa de inclusión escolar.

EL UNIVERSAL

Ronit Braverman, licenciada en Pedagogía, estudió el último semestre de su carrera, en la Universidad Anáhuac del Norte, junto con Sofía Hamui, y Lily Turkie; ésta última fue diagnosticada con Síndrome de Down; y Sofía, con discapacidad intelectual.

Ambas pertenecen al programa: "Universidad Incluyente", de la Facultad de educación en la Universidad Anáhuac México Norte, que tiene como objetivo brindar igualdad de oportunidades e inclusión a las personas con discapacidad intelectual en las aulas universitarias, así como construir una comunidad universitaria incluyente en un marco de colaboración, respeto y tolerancia.

A pesar de su sorpresa y ciertos prejuicios iniciales, Ronit, su compañera de aula, fue aprendiendo a respetarlas, incluirlas y reconocerlas a lo largo del semestre, hasta convertirse no sólo en una de las personas que más las apoyaron hacia el proceso de su instrucción universitaria, sino que también fue reconocida y aceptada como una verdadera amiga, según refieren Lily y Sofía, ambas de 22 años.

"Esta experiencia podría traducirse como una historia de igualdad, solidaridad y aprendizaje profundo en lo personal", comenta Ronit.

Lily y Sofía, también son parte de Kadima, Asociación civil judeo mexicana para personas con necesidades especiales y/o discapacidad.

Fue en agosto del año 2010, cuando Kadima, en unión con el Instituto Mexicano para la Excelencia Educativa (Excelduc); la Confederación Mexicana de Organizaciones en Favor de la Persona con Discapacidad Intelectual, (Confe), y la Universidad Anáhuac Norte, crearon el programa de "Universidad Incluyente", que cuenta hasta la fecha con 25 jóvenes con discapacidad intelectual y Síndrome de Down, que ya recibieron su reconocimiento universitario, o están en proceso de obtenerlo.

Los jóvenes, entre 18 y 25 años, se han incorporado a dos diferentes diplomados en dicha universidad; el primero de ellos titulado: Desarrollo de Habilidades Sociales y Vocacionales en Comunicación, y el segundo: Desarrollo de Habilidades Sociales y Vocacionales en Turismo.

Los estudiantes con discapacidad intelectual pagan mensualmente la misma cuota que los demás alumnos de la facultad. La duración del programa es de dos semestres académicos, y en cada uno de ellos cursan tres materias, entre las que se encuentran: Habilidades de Comunicación, Apreciación Musical, Fotografía Digital e Ilustración por computadora.

"El objetivo ha sido mejorar la calidad de vida de los alumnos a través de una experiencia universitaria integral, que promueva el desarrollo de habilidades personales, sociales y vocacionales, y que brinde oportunidades para que ejerzan su derecho a la preparación hacia una vida laboral", comenta Lily Margolis, directora general de Kadima.

Lorena Ontañón, sicóloga educativa, ha operado como la maestra sombra o de apoyo e integración hacia los alumnos con discapacidad intelectual en la universidad antes citada.

"Estoy al tanto de los abordajes terapéuticos que cada uno de ellos va requiriendo; hablo con los profesores para que juntos implementemos las adaptaciones curriculares necesarias para cada alumno", explica la socióloga.

Las adaptaciones curriculares van dirigidas a alumnos con necesidades educativas especiales con el objetivo de lograr que determinados contenidos sean más accesibles. "Se trata de tener en cuenta las limitaciones del alumno a la hora de planificar la metodología, los contenidos y, sobre todo, la evaluación", precisa.

El programa de la universidad, procura no sólo ser incluyente para los alumnos con discapacidad intelectual y Síndrome de Down, (que solemos llamar chicos especiales); sino que también lo es para los alumnos regulares: (es decir, aquellos que no tienen discapacidad), pues estos últimos aprenden a convivir en un ambiente de inclusión y respeto en el mismo espacio universitario, y así tumban mitos.

"En este sentido, la comunidad educativa de la Universidad Anáhuac Norte, se ha sensibilizado ante la presencia de los jóvenes con discapacidad intelectual que se han incorporado a las clases regulares del plantel", agrega Melissa Sotelo, directora de prensa y difusión de Kadima.

Hoy, los alumnos regulares, (aquellos sin discapacidad), han tendido puentes que permiten apoyar en el aula a los compañeros que tienen discapacidad intelectual. Han aprendido que la inclusión debe ser recíproca. Han logrado ampliar sus conceptos y así participar en el combate del rezago educativo y social que suele ser frecuente hacia las personas con discapacidad.

Esto último, porque a decir de (Iglesias y Polanco, 2009) las actitudes y expectativas de las personas regulares (aquellas personas sin discapacidad), determinan en parte, el grado hasta el cual los niños, adolescentes y adultos con discapacidad pueden aprender, trabajar y vivir junto a sus compañeros sin discapacidad intelectual.

No más un trato de niños

"No se trata únicamente de que los alumnos con discapacidad se incluyan o sumen a la sociedad y se adapten a ella, sino que sea la sociedad quien los apoye y sea realmente incluyente, para que así logren desarrollar su máximo potencial", advierte Ontañón.

Ana Hamui, madre de Sofía, apoya este argumento de no tratarlos como niños al advertir que si bien, su hija era aceptada en las distintas escuelas a las que ha asistido, no era integrada, ni considerada como una adulta. "Era segregada; la hacían a un lado, no participaba, la rechazaban, y aquí, con el programa "Universidad Incluyente" los han aceptado, integrado, y valoran su presencia".

Ana, narra su sorpresa cuando el primer día de clases pudo ver cómo en cada salón de la Facultad en la que su hija estudiaría, en la Universidad Anáhuac del Norte, había una fotografía de los jóvenes con discapacidad intelectual del programa.

"En cada facultad colocaron la fotografía del grupo de jóvenes con discapacidad intelectual dándoles la bienvenida al plantel". Esta imagen pegada en el vidrio de cada plantel, es algo que Ana no olvida, y Sofía tampoco.

Ante esto, varios alumnos coinciden al afirmar que la comunidad educativa de la Universidad Anáhuac del Norte, se ha sensibilizado ante la presencia de los jóvenes con discapacidad intelectual que se han incorporado a las clases regulares del plantel.

Para Luz del Carmen Dávalos Murillo, directora de la Facultad de Educación de la Universidad Anáhuac México Norte, saltan a la vista el espíritu de respeto y compañerismo de la comunidad estudiantil involucrada en la modalidad de "Universidad Incluyente", un programa que a su decir posiciona a esta escuela como una institución de vanguardia social.

"La experiencia del caso demuestra que la comunidad estudiantil, además de contar con las características requeridas para sustentar una carrera superior, deberá también contar con un buen corazón que muestre su generosidad, aceptando y asumiendo las diferencias con los demás".

Mejora relación con alumnos regulares

La Facultad de Educación del campus universitario realizó una encuesta para determinar las medidas de impacto del programa "Universidad Incluyente", para detectar si existe un cambio en las actitudes hacia la discapacidad de los alumnos regulares de licenciatura.

Después de convivir un semestre con compañeros que tienen alguna discapacidad intelectual, los resultados arrojaron que el 96.5% de los alumnos reportaban una experiencia favorable con su compañero con discapacidad intelectual; y un 3.5 reportaron una experiencia no favorable.

Al inicio del semestre, 76.6% de los alumnos consideraban que las personas con discapacidad pueden llevar una vida independiente; pero al final del semestre éste se elevó en 84.2%.

Al inicio del semestre, 54.7% consideraban que las personas con discapacidad intelectual pueden estudiar en las mismas clases o salones con personas sin discapacidad, pero al final del semestre la cifra aumentó al 96.5%.

En días recientes, Kadima fue merecedor al Premio Ruderman en Discapacidad, presea otorgada a nivel mundial a toda aquella organización que logre la plena inclusión y participación activa de niños, jóvenes y adultos con necesidades especiales y/o discapacidad en los ámbitos familiar, educativo, laboral, comunitario y social.

Leer más de Nacional

Escrito en: discapacidad intelectual

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Universitarios. Lilí, David y Sofía son jóvenes con discapacidad intelectual que decidieron asistir a la Universidad y lo lograron, gracias a un programa de inclusión escolar.

Clasificados

ID: 828536

elsiglo.mx