Visita. Indígenas escuchan el discurso del presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante una visita al municipio de Las Margaritas.
Han pasado 18 años desde que mataron a Pedro. Fue el 1 de enero de 1994, dicen que cerca de aquí, en este municipio. El Subcomandante dirigía a un grupo de guerrilleros del EZLN y se enfrentaron a tiros con policías y granaderos... pero ese recuerdo comienza a desvanecerse con el tiempo.
No obstante, este lunes este municipio amaneció nuevamente con el Ejército, la Marina y las policías desplegados en sus calles y carreteras, entre sus árboles y arbustos, en las tierras de cultivo, tras costaleras de retenes... y los soldados vieron pasar a miles de indígenas tojolabales, tzetzales, tzotziles, zoques, chamulas.
No hubo reclamos ni enfrentamientos, tampoco rostros cubiertos con pasamontañas. En Las Margaritas se concentraron, por unas horas, un poderoso grupo de hombres que influyen en el destino de los mexicanos y miles de personas que esperan menor pobreza y mayores oportunidades de trabajo y educación.
El presidente de la república, flanqueado por el gobernador de Chiapas y el secretario de Gobernación, rodeados por el gabinete presidencial y por 30 gobernadores y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, dieron banderazo a uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno federal: el combate a la pobreza.
Es mediodía, sopla un viento frío. Una enorme carpa blanca cubre en su totalidad los campos de la unidad deportiva de la localidad. La gente del área de logística de la Presidencia de la República dice que se han dispuesto 16 mil sillas, todas ocupadas, y que 4 mil personas están de pie.
Entre las filas se ven a grupos indígenas que visten de forma tradicional. Hay sombreros con listones y chalecos de lana que dejan ver cómo las cintas de cuero de los huaraches envuelven los tobillos, pies descalzos, cubiertos por la tierra; a mujeres con vestidos multicolores y los "más mayores" con bastones de mando.
A la mayoría los llevaron desde sus comunidades en camiones y camionetas. Llegaron temprano. Apenas han probado bocado.
Para las 13:00 horas los soldados y policías se ponen en alerta. Desde el mediodía se han concentrado en la Base Aérea Militar 17 Copalar, en Comitán, para vigilar y organizar la llegada de casi todos los gobernadores y el jefe de Gobierno del Distrito Federal. Sólo faltan los de Guerrero y Jalisco.
Casi 20 minutos después se despliega un operativo. Los mandatarios suben a camionetas, todavía les falta un recorrido de alrededor de 30 minutos. Van a toda velocidad, escoltados por el Ejército. Se cuentan ocho retenes antes de llegar al lugar