Dios nos dio el derecho a la vida, al libre tránsito, y al estacionamiento. Al menos esa parece ser la filosofía de quienes redactan los reglamentos de construcción de algunas ciudades mexicanas, como Saltillo. Hace unos días leí en la prensa que el Ayuntamiento de esta ciudad está por aprobar un nuevo ordenamiento, que "podría duplicar" el número de cajones de estacionamiento requeridos por metros cuadrados de construcción. No he visto el borrador, pero basta mirar el reglamento vigente para preocuparse. Para muchos usos de suelo, Saltillo ya exige más estacionamiento que grandes ciudades de los Estados Unidos. No hablo de casos excepcionales como Boston, Washington o San Francisco, cuyas autoridades activamente están reduciendo su oferta de estacionamientos para desincentivar el uso del automóvil y contener los altos precios de los bienes raíces. Me refiero más bien a ciudades como Houston u Orlando, donde el transporte público es escaso y donde existe casi el mismo número de automóviles que de habitantes.
Pongamos ejemplos sencillos: Un comercio, una oficina y una casa. Supongamos que usted quiere establecer un restaurante con capacidad para 80 comensales sentados. Su arquitecto le hace el cálculo, y determina que la cocina y el comedor caben en 200 metros cuadrados de construcción. Si usted levanta su fonda en Orlando, la norma lo obliga a adicionar un mínimo de 10 cajones de estacionamiento al proyecto. En Houston las autoridades le exigirían entre 12 y 20 cajones, dependiendo de la ubicación y tipo del restaurante. En cambio, el reglamento vigente en Saltillo exige la construcción de cuando menos 20 cajones (de casi 14 metros cuadrados cada uno). Es decir, para construir un restaurante de 200 metros cuadrados necesita al menos 475 metros de terreno. ¿Y si lo ubica cerca de una zona de alto tráfico peatonal? No importa. ¿Y si los clientes usualmente se estacionan en otro sitio, o se desplazan en transporte urbano? Tampoco importa.
Pensemos en un edificio de oficinas de 300 metros cuadrados. Tanto en Orlando como en Houston el requerimiento mínimo de estacionamiento para una construcción de esas dimensiones sería de 7.5 cajones. En cambio, las normas en Saltillo exigen 10 cajones como mínimo. ¿Y si se trata de un edificio de oficinas gubernamentales? En Houston u Orlando la precisión sería irrelevante, pero en Saltillo basta para elevar el número de cajones requeridos a 15. Entiendo que las reglas pretenden evitar que los vehículos que visitan estas oficinas causen congestión en las calles vecinas, pero ¿cuál es la base para de requerir hasta el doble de los cajones que se consideran suficientes en Orlando?
Finalmente, supongamos que una familia que no tiene (o no desea) auto desea adquirir una pequeña casa. Los reglamentos de las Houston, Orlando y Saltillo exigen al menos un cajón de estacionamiento para cada vivienda unifamiliar. Dado que nadie regala nada, esta familia terminará pagando por algo que no desea ni necesita, independientemente de la ciudad. El efecto es sin embargo más preocupante en México que en Estados Unidos, pues la proporción de la propiedad que terminará ocupada por un estacionamiento innecesario es mayor acá. Piénselo: Las casas en México tienden a ser de menor tamaño que en Estados Unidos, pero el tamaño del estacionamiento es estándar. ¡Por cada casita del Infonavit de 60 metros cuadrados, los trabajadores tienen que comprar un estacionamiento de 14 metros! Al requerir el estacionamiento, la actual norma priva a esta familia de la posibilidad de gastar su dinero en lo que más le beneficie (como una casa más grande).
Orlando y Houston son simples ejemplos. Gracias al trabajo de Seth Goodman (disponible en http://graphingparking.com) es fácil comparar los reglamentos de construcción de unas 40 ciudades norteamericanas. Puedo decir que Portland, Denver, Seattle, Baltimore, Filadelfia, Miami, Memphis, Minneapolis, Chicago y Pittsburgh (entre otras) también exigen menos estacionamiento por metro cuadrado de construcción que Saltillo (para restaurantes y oficinas). No tengo elementos todavía para saber si mi ciudad es excepción o norma entre sus pares mexicanas. Un vistazo rápido a los reglamentos de usos de suelo de los municipios del área metropolitana de Monterrey sugiere que no estamos solos. Habrá que revisar los datos con más calma antes de llegar a conclusiones. Lo que sí tengo claro es que al exigir más estacionamiento que el necesario, las autoridades hacen necesario el estacionamiento.