SITUACIÓN: Corredores en primera y segunda bases con un out. El bateador saca una rola al short stop, saliendo con el batazo el corredor de la segunda. El campocorto fildea, pasa al segunda base, quien toca la almohadilla y tira hacia primera, ante la barrida del corredor que estaba en la inicial. El tiro va descontrolado, y al percatarse de ello, el corredor que salió de segunda, no detiene su camino hacia home.
La pelota rebasa la estirada del primera base defensivo, y termina pegándole en el pie al coach que estaba en el cajón de la inicial, pero con la suerte de que la bola rebota en dirección directa al catcher, quien toma la esférica y toca al corredor antes de que llegue a home. El manager del equipo ofensivo reclama que la bola está muerta al golpear al coach, y se le debe dar una base a cada corredor, por ende, anotarse la carrera. El piloto de la novena que está a la defensa, argumenta que en todo caso, si la bola está muerta, el corredor que iba a home debe regresar a la antesala. ¿Quién tiene la razón? ¿Qué marcará usted? La respuesta, al final de la columna.
Totalmente correcta me parece la decisión de los periodistas y escritores de beisbol de los Estados Unidos, de no dar los votos suficientes para que algún pelotero sea inducido en la clase 2013 del salón de la fama de Cooperstown. Hay que ver que los principales prospectos son elementos involucrados en escándalos de la "era de los esteroides", o de bates con corcho (Bonds, Sosa y Clemens). Para acabar pronto, son vistos como "tramposos" o aprovechados.
El beisbol de las Mayores ha pasado turbulencias parecidas, y no ha sabido perdonar errores, véanse los casos del "descalzo" Joe Jackson, o de Pete Rose, quienes fueron vetados de por vida, y aunque sus cualidades y números eran sobresalientes, no tendrán un lugar en el nicho de los inmortales. Pero quizá en estos casos de la llamada "clase 2013", el "delito" es más grande a comparación de los anteriormente mencionados, pues Jackson y Rose no hicieron "trampa", pero sí jugaron de acuerdo a sus conveniencias (aunque no se haya comprobado completamente en ninguno de los dos casos).
Si se hubieran otorgado boletos al Salón de la Fama para alguno de esos inquilinos, sería llamado "Salón de la infamia", pues el darle acceso a "tramposos", le restaría veracidad al deporte, y eso no se puede permitir, finalmente, MLB es también un negocio (multimillonario), y tendría afectaciones también en ese plano monetario. Y para terminar, el que puedan entrar a Cooperstown con trampas como esas, no es algo que se merezca el beisbol.
Sensacionales resultaron las series de play off en la Liga Mexicana del Pacífico, especialmente las de Mazatlán-Mexicali y Guasave-Obregón en sus rectas finales, los juegos 6 y 7. Culiacán se clasificó pronto, y a ver si no le sucede lo de a los Tigres de Detroit en la Serie Mundial, que barrieron a Yankees, tuvieron bastantes días de descanso y la pólvora se les mojó para ser barridos por San Francisco. Los Tomateros tienen un auténtico trabuco y siguen siendo considerados favoritos, pero recuerden que el destino suele divertirse con el beisbol.
El lagunero Alan Guerrero cerró por Guasave el juego 7 y consiguió el salvamento, está tirando lumbre el formado en la Liga Infantil Sertoma. Serán grandes semifinales, Mexicali ante Guasave y Obregón contra Culiacán, dándose final a la historia de cenicienta que estaban escribiendo los Venados de Mazatlán. El zurdo Tomás Solís, que brilló con los campeones Rojos del Águila de Veracruz, está como refuerzo de las Águilas de Zulia en Venezuela, ya ganó su primera apertura para éstos, que son candidatos a estar en la Serie del Caribe.
Hoy sábado se juega el quinto de la serie final en la Liga Mayor de Beisbol de La Laguna. Los Saraperos de San Pedro prepararon todo para festejar la obtención del gallardete con sus aficionados, pues están ganando la serie por 3 juegos a 0, y eligieron jugar en casa. El año pasado, Tlahualilo fue barrido en la final, situación que no querrán se repita. Disfrutemos los últimos outs de la temporada, sin descartar que se extienda la serie a próximas semanas.
RESPUESTA: Ninguno de los dos tiene la razón, pues la bola está viva. Al no ser intencional la "interferencia" del coach que estaba dirigiendo el tránsito por la primera, la bola permanece en juego. El coach no es un obstáculo del terreno de juego, aunque si hace intencionalmente una interferencia, como el interponerse en el camino de un fielder que busca capturar la bola, se pondrá out a quien conectó el batazo. La suerte estuvo del lado del equipo a la defensa, al rebotar la bola directo al catcher, quien está en todo su derecho de impedir la carrera del rival. Buen fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
Aarón Arguijo G.
aaronaldo9@hotmail.com