Víctima de sus propias desatenciones, Vaqueros Laguna perdió la serie de inicio de semana en el Estadio de la Revolución ante los Rieleros de Aguascalientes, sotanero de la Zona Norte, pero no por eso presa fácil, pues la distancia sigue siendo en realidad pequeña en el pelotón norteño, donde las cosas se mueven bastante a cada semana de juegos que transcurre. Los naranjas perdieron dos encuentros cerrados, por sólo una carrera en cada uno de ellos. El miércoles, la carrera de la diferencia fue "de caballito", mientras que el jueves, la carrera del triunfo hidrocálido fue "sucia", tras error de Diego Madero.
Así, contribuyendo a anotaciones rivales, Laguna dejó atrás una exitosa racha de 7 series ganadas al hilo jugando en casa. Contra la base por bolas no hay defensa, fue el argumento del miércoles, tras un atractivo juego que nos entregó de todo. Y en el tercero de la serie, cuando la pizarra estaba 5-2 a favor de los de casa, corredores en primera y segunda, sin outs, con Santiago González al bat, aficionados cuestionan y critican el que no se haya ejecutado el toque de pelota, jugándose la quinta entrada.
Difícilmente, en el beisbol de la Liga Mexicana o de cualquier parte del mundo, se va a efectuar un toque de pelota para adelantar a los corredores cuando el equipo a la ofensiva va ganando y es aún temprano en el juego. Con la salvedad de que se tenga al bat a un pitcher (como sucede en la Liga Nacional), en prácticamente cualquier otra circunstancia es poco probable que suceda, y lo que sí es totalmente probable es que vendrá posteriormente al menos un pelotazo, recuerden cuando Canadá le tocó la bola a México en el Clásico Mundial, aunque ahí ya estaba avanzado el juego, pero la pizarra estaba abierta, a favor de los canadienses; el resultado: bronca monumental.
Volviendo a la jugada del jueves, el hacer un toque de bola tan temprano en el juego y con el score mencionado, es regalar un out contra un lanzador al que le han dado 9 hits y fabricado 5 carreras, es decir, "ayudarle" al pitcher y al equipo contrario, así que por estrategia, ahí no cabe el toque de pelota. Súmele que está al bat uno de los líderes de dobletes de la liga, y el quinto mejor productor de carreras para Laguna, es decir, alguien que el manager espera le responda con el batazo.
Vino la jugada de doble play y después la fabulosa actuación del bullpen de Rieleros, que no permitió ni un solo imparable a la ofensiva de Vaqueros. Observando el panorama cuando ya cayó el out 27, resulta hasta ilógico que el manager no haya ordenado el toque, pero ni Orlando Sánchez, ni usted ni yo, tenemos una bola de cristal con la que podamos saber lo que va a suceder entradas adelante. El legendario entrenador de futbol americano, Vince Lombardi, figura icónica del deporte mundial, sostenía en su filosofía ganadora que había que darle "patadas al caído", es decir, no dejar de atacar a la defensiva rival, buscar aplastarla y en base a eso sumar puntos para ganar el juego. Pues dar un toque de pelota, regalar un out en la quinta entrada, no creo que sea dar "patadas al caído".
Sánchez es congruente con su forma de dirigir, como ejemplo el juego del martes, cuando en la tercera entrada Gregorio Angulo abrió con pasaporte, Iván Araujo siguió con sencillo, y no le ordenaron toque a José Antonio Salazar, quien respondió con imparable al central, productor de una carrera. Vino después Oswaldo Morejón, a quien le hicieron la jugada de triple play. En fin, dentro del análisis, la jugada del doble play a Santiago el jueves, ni siquiera fue la clave para la victoria de los Rieleros, pues la verdadera jugada significativa fue el atrapadón de René Reyes en el jardín central, donde le robó el cuadrangular ni más ni menos que al chaparrito González; cosas del beisbol. La serie ante Saltillo se debe ganar sí o sí. Buen fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
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