Después de haber enumerado las claves que impidieron un mejor récord para Vaqueros Laguna durante la temporada 2013, en esta ocasión, y tal como lo había adelantado, repasaremos las cosas buenas, las de provecho, que dejó este año, ya el número 11 en la historia de la franquicia naranja, luego de que cambió su nombre y sus colores de batalla del guinda del Unión Laguna. Años anteriores, Vaqueros había batallado enormidades para poder tener un buen inicio de temporada, y aunque en este 2013 se tuvo un arranque más que aceptable, el resultado no varió, pues no se metieron a playoff.
Peloteros, coaches y directivos estaban muy seguros al inicio del año beisbolero, de que tendrían los argumentos para competir por un puesto en postemporada, pero las circunstancias que describía en la anterior columna, fueron mermando poco a poco esas aspiraciones. Sin embargo, me parece que las cosas no pueden pintar del todo mal, si dejamos de lado el ser "resultadistas", aunque, claro, son los resultados en la pizarra los que dictaminan el éxito o el fracaso deportivo. Comparto entonces las cosas que me parecen rescatables de este 2013 para los naranjas.
Los aficionados. Aunque no necesariamente pongo esta lista en orden de importancia, sí son los fanáticos los primeros que me vienen a la mente. Increíblemente, en los primeros juegos de la campaña llegó a darse el caso de que se agotaran los boletos. Aficionados acostumbrados a llegar a la altura de la tercera, cuarta entrada, por alguna circunstancia de sus trabajos o cualquier cosa, se toparon con la sorpresa de que ya no encontraban boletos, algo que en verdad sucede muy poco en cualquier parque de pelota de nuestro país.
Conforme avanzó la temporada, los aficionados no dejaron de retratarse en la tribuna, siempre apoyando a su equipo y disfrutando del espectáculo del rey de los deportes. Seguramente que si ustedes fueron a varios juegos en esta campaña, hoy día ya tienen nuevos amigos que conocieron en las butacas del estadio. Para guardar, aquel disfrute de los fanáticos cuando el miércoles 17 de abril vitorearon una remontada de su equipo ante los Diablos, haciendo 6 carreras en la novena entrada, ataque coronado con triple con la casa llena de Jorge Luis Valle. La afición, una vez más, para quitarse el sombrero.
Los líderes individuales. No se puede reprochar a la ofensiva de un equipo con tan extraordinario desempeño de sus bateadores, tan es así que compilaron números para ubicarse en los primeros lugares individuales. Oswaldo Morejón fue líder de hits (181) y sublíder de dobletes (36), Santiago González líder de dobles (38, además de 20 cuadrangulares), Hernando Arredondo fue quinto en dobles (33), Iván Araujo lideró en triples (12), Juan Miranda fue quien recibió más bases por bolas (86).
Miranda además conectó 26 cuadrangulares y estuvo en el top ten de la liga de carreras impulsadas, firmando una muy buena temporada en una posición que los aficionados ansiaban, la del cuarto bate. Sin embargo, la estadística más impresionante de Miranda es su OBP (on base percentage, o porcentaje de embasarse), donde acumuló .498, es decir, prácticamente se embasaba una de cada dos veces que visitaba el plato. Simplemente fenomenal.
Los jóvenes. El bullpen de Laguna parecía patio de escuela secundaria. Jóvenes y más jóvenes mexicanos soltaban el brazo y entraban con toda la confianza de Orlando Sánchez para tratar de hacerse de un nombre en el beisbol mexicano. Josué Figueroa, Martín Campas, Óscar Félix, Miguel Aguilar, Óscar Calderón, deberán seguir su proceso y convertirse en pitchers confiables, y ese es el camino en LMB, crearte tus propios lanzadores mexicanos. Mientras que a la ofensiva, Galaviz, Rentería, Óscar Ramírez, dejaron grata impresión, y deben desarrollar aún más. Si ustedes tienen alguna otra cosa para rescatar, me encantaría la compartieran. Buen fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
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