Aunque estructuralmente mantiene su solidez, este estadio simbólico del deporte estadounidense ha caído en el deterioro. Se acerca el fin del Astrodome
El Astrodome de Houston era una maravilla tecnológica cuando se inauguró en 1965.
Apodado la "Octava Maravilla del Mundo", el primer estadio con domo y aire acondicionado se había convertido en un lugar representativo de Houston, un símbolo de la capacidad de la ciudad para el sí se puede.
Sin embargo, con el advenimiento de estadios más grandes y más elegantes, el futuro de la gran estructura quedó en el limbo, vacía y deteriorada, en contraste con sus mejores momentos, cuando fue escenario de partidos de beisbol de las Grandes Ligas y de la NFL.
Después que los electores de Texas rechazaran el martes un plan para recaudar 217 millones de dólares con bonos para convertir al Astrodome en un enorme centro de convenciones y de otros eventos, el estadio posiblemente está condenado a la demolición.
Mientas que algunos partidarios se comprometieron a continuar la batalla a favor del estadio, grupos a favor de la conservación del lugar que habían defendido el referendo dijeron que ya no hay más que hacer.
Según estudios, el costo de la demolición del Astrodome oscila entre 29 millones y 78 millones de dólares.
Inaugurado en 1965, el Astrodome fue la sede del equipo de béisbol Astros de Houston y de los Petroleros de Houston de la NFL.
Tenía espacio interior suficiente para albergar un edificio de 18 niveles bajo su techo de 63,5 metros (208 pies) de altura.
Sin embargo, el Astrodome se quedó sin una sede de equipos deportivos en 1999 y no se han celebrado competiciones desde 2009.