L A semana pasada se recordó el 45 aniversario de la matanza de Tlatelolco, que puso fin al movimiento estudiantil de 1968, en donde muchos estudiantes fueron agredidos por el Estado o perdieron la vida. Todos sabemos la historia de aquel movimiento que luchaba por defender los derechos estudiantiles y ciudadanos.
El movimiento de 1968 hace conocer al mexicano actual un antes y un después en la historia de nuestro país, pues gracias a dicho movimiento se fueron sentando las bases de las libertades, de un país más democrático y del rechazo a un Estado totalitario que no permitía la menor crítica o señalamiento, y menos por parte de los estudiantes.
En la actualidad pocos jóvenes valoramos la libertad que se ha alcanzado en decir lo que se piensa y siente, pues no se puede negar que nos ha tocado vivir un momento distinto al de hace cuatro décadas, prueba de esta libertad es la posibilidad de poder escribir una columna editorial como ésta, sin que nadie me censure o me diga que tengo qué decir, prueba también, es que los foristas de este medio de comunicación en su formato electrónico puedan expresar sus opiniones sobre alguna noticia o inclusive sobre las opiniones que los editores puedan hacer.
Se han alcanzado logros como país, sin embargo, nuevos retos se nos presentan a esta generación y se necesitan jóvenes que a pesar de vivir un contexto diferente a 1968, tengan el interés para luchar por un México mejor. Desgraciadamente encontramos en muchos jóvenes una indiferencia por los problemas que vivimos como sociedad y pocos están dispuestos a alzar su voz de manera contundente para hacer reclamos a la autoridad sobre aquello que no beneficia al país.
Se necesitan jóvenes como los de 1968 que en el México actual luchen por un país en el que exista igualdad, en el que hagamos comprender a las autoridades que los ciudadanos son primero, antes de cualquier interés partidista o político. Jóvenes que con su energía, ingenio y espontaneidad, que caracteriza a cualquier muchacho, tengan algo que decir ante las decisiones del gobierno.
No podemos vivir en esa indiferencia ni desinterés, tenemos que alzar la voz, pues si no lo hacemos nosotros nadie lo más lo hará, ya basta de permitir situaciones que nos están afectando, despertemos, desde nuestros círculos cercanos de amigos y familiares, una conciencia crítica ante diferentes situaciones sociales y políticas pueda expresarse y actuar en aquello que no nos favorece. México busca jóvenes de tiempo completo que trabajen por un cambio, la paga: un país mejor. El tiempo de luchar por un gran México es hoy.
Al cumplirse un año de haber iniciado mi colaboración con esta columna y casi por concluir esta experiencia, quiero agradecer al Siglo de Torreón por la oportunidad que nos ha brindado a varios jóvenes de poder compartir aquello que pensamos sobre nuestra sociedad, doy las gracias a los lectores, de manera especial, a aquellos que han enriquecido la columna con sus comentarios, críticas o sugerencias, de manera muy especial al Lic. Juan José Álvarez. Muchas Gracias a todos.
