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Un italiano de 50 años se quemó a lo bonzo en la Plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano, y tras ser socorrido por agentes de seguridad de la Santa Sede (imagen) fue trasladado a un hospital romano. Los medios informaron de que el hombre llegó a la plaza, donde se roció con líquido inflamable y se prendió fuego. Los agentes interrogaron a familiares y conocidos de la víctima, que trabaja como limpiador en el vecino hospital de Santo Espíritu, a pocos metros de donde intentó suicidarse. Según la investigación en curso de la Policía romana, el hombre tiene problemas de salud y "una relación complicada" con sus familiares. Antes de prenderse fuego, el hombre miró hacia una cámara de vigilancia y arrojó al suelo un pedazo de papel con el teléfono de su hija escrito.