Eje literario. El escritor José Ovejero, confesó que la buena literatura crea mundos que no existen gracias a la ficción.
Definido como un contador de historias, el escritor español José Ovejero (1958), aseguró que la buena literatura crea siempre mundos que no existen, pero para hablarte de tu mundo.
Entrevistado a propósito de su novela La invención del amor, Premio Alfaguara de Novela 2013, Ovejero se dijo interesado en el género de la ficción, pues éste le brinda la posibilidad de crear un mundo que no existe y darlo a conocer a un lector.
En este "mundo ficticio" cuenta la historia de Samuel, protagonista de esta publicación y quien se enamora de un personaje ficticio a quien nunca va a conocer, "Clara", quien ha muerto y a quien nunca conoció.
Ovejero presenta así una novela en la que habla del amor, pero también de búsquedas personales y de crisis sociales, de huidas y de refugios donde soportar el peso de la insatisfacción; lo que permite al autor reflexionar sobre la actual situación de este o cualquier país, y sobre una generación de hombres y mujeres que ahora rebasan los 40 y cuyas vidas se parecen poco o nada a aquellas que se inventarían, si pudieran.
Eso es precisamente lo que hace Samuel, el personaje central de este relato que ha tejido Ovejero con absoluta precisión: utilizar el amor como forma de huir de la realidad.
Ovejero puntualizó que el eje literario del libro es la mentira, o la invención, y cómo la invención modifica la realidad.
"La invención del amor" transcurre en el Madrid actual y relata la historia de Samuel, quien se enamora de una mujer que ha muerto y a quien nunca ha conocido. A partir de ahí empieza a reinventar su vida, haciendo cómplice al lector sobre la capacidad del ser humano para autoengañarse", dijo.
Samuel es un hombre que vive un poco adaptándose a las circunstancias, sin complicarse mucho la cómoda vida que tiene, con un trabajo que ni le gusta ni le disgusta, sin muchas emociones.
De pronto, por una casualidad, se encuentra con la posibilidad de reinventarse y de reinventar su vida amorosa. Y en ese momento decide emocionarse, empezar a vivir de verdad.
"Al final, el amor nos lo inventamos todos los días, lo que hace es llevar esto al extremo y plantearlo realmente, pues ni siquiera conoce a la otra persona", abundó.
