Foto: RAMóN SOTOMAYOR
LES VALE
Cuando la sacristán Mayela Narvaéz llegó a la parroquia San Judas Tadeo, de Torreón, encontró las rejas forzadas, las puertas abiertas, los vidrios rotos, y las alcancías de las limosnas vacías.
Limosnas
Los ladrones apenas se llevaron 200 pesos de las limosnas del martes y miércoles, pues las del domingo y el lunes ya las habían sacado.
Mayela Narvaéz dijo que los ladrones tiraron los óleos que estaban guardados en un cofre bajo llave, pensaron que había dinero.
El cofre estaba resguardado por una reja, y la forzaron también para sacarlo y abrirlo pero al no encontrar dinero, tiraron los óleos que se usan para los sacramentos.
"Pensé que se habían llevado el cáliz de consagrar el vino, pero no".
En la parroquia fueron más los destrozos que el monto de lo robado: para llevarse los 200 pesos de limosnas, los ladrones forzaron la chapa de la reja principal, y luego rompieron los cristales de la puerta para abrir los pasadores.
Después forzaron la chapa de la sacristía, y revolvieron todos los cajones buscando dinero, "dañaron dos alcancías, ya mandamos reparar todo, sólo faltan los vidrios".
Moisés Cortés, hermano jesuita y administrador de la parroquia, dijo que no llamaron a la Policía de Torreón porque no tiene caso, y menos interpondrán una denuncia formal.
"Ya no hay respeto a ninguna institución, y esto que sucedió en la parroquia es un reflejo de la crisis de violencia que vive la ciudad, y por la falta de trabajo, las personas hacen lo que sea para tener dinero, pero no se justifica".
El hermano dijo que es el primer robo que se registra en la parroquia, "no llamamos a la policía ni iremos a la procuraduría, primero porque no es demasiado el monto, y segundo porque es tiempo perdido".