Esa fue la orden para todos los huéspedes después de los bombazos suscitados en Boston, Massachusetts, Estados Unidos. De todas maneras, las calles están solas. El metro cerrado. Restaurantes y tiendas también. Es el entorno para varios corredores mexicanos y sus familiares que llegaron a Boston para competir en el maratón de dicha ciudad.
Cuatro horas y nueve minutos. Era el tiempo que marcaba el gran tablero de la meta cuando dos fuertes estallidos cimbraron la calle. Hilda Gómez, maratonista de Puebla, tenía unos minutos de haber cruzado la meta. Cientos de personas empezaron a correr hacia donde estaba ella, que se encontraban en la zona de recuperación.
"Se oyeron como bombas. Entonces, lo primero que hice fue voltear hacia arriba para ver los edificios altos, pues fue lo primero que se me vino a mi mente, por el recuerdo de lo que pasó en Nueva York (el 11 de septiembre de 2001) con los aviones", relata Hilda, vía telefónica desde Boston, para EL UNIVERSAL.
"Varias personas empezamos a voltear para arriba, a los edificios. No sabíamos qué pasaba. Yo acababa de cruzar la línea de meta. Después de la denotación mucha gente empezó a correr hacia nosotros los que habíamos acabado, gente que empezaba a llorar, espantada. Fue cuando una voz nos dijo que habían sido dos bombas", agrega la atleta poblana.
Hilda Gómez formaba parte de un grupo de seis mexicanos de un club de corredores de Puebla, entrenados bajo la dirección de Sergio Jiménez. Un puñado, de un total de 230 nacionales, que se tiene registrado, tomaron parte en la carrera más importante del año en la mencionada ciudad de Massachusetts. Incluso, la maratonista de alto rendimiento Madaí Pérez logró marcar el séptimo mejor tiempo en la rama femenil, al llegar a la meta en dos horas 28 minutos y 59 segundos.
"Yo quería encontrarme con mi familia que estaba entre el público espectador. Al final, ellos fueron los que dieron conmigo. Fui por mi celular al hotel para empezar a hacer llamadas y buscar al resto de nuestro grupo de corredores. Empezamos a marcarles hasta que dimos con todos", detalla Gómez.
Una vez reunidos todos los corredores del grupo en el hotel, comenzaron a darle la magnitud de lo acontecido a través de los noticiarios televisivos. Ahí, gente de su hotel les ordenó no salir a la calle y les dijo que a nadie ajeno al lugar, en el que se hospedan, le será permitida la entrada. Aclaran que no han recibido ninguna llamada de la Embajada mexicana, aún.
"Nos vamos a quedar en el hotel porque es la orden que recibimos y que nadie sale o entra de aquí. Ya está todo cerrado. Mañana (este martes) vamos a ver qué hay, pues nuestro vuelo sale hasta el miércoles. A ver qué pasa", agrega Hilda, a la expectativa de las siguientes horas desde la ciudad de Boston.
"No sabías qué pasaba. De repente, veías que las personas empezaban a llorar. En lo primero que pensé fue mi familia. Ya luego alguien dijo, 'explotaron dos bombas en la meta'. Me fui corriendo al hotel para hablarles a mis compañeros", Hilda Gómez, corredora poblana.
