Nuevos enfrentamientos estallaron este martes en la batalla por el control del aeropuerto de Alepo y varias bases militares cercanas en el norte de Siria, dijeron varios activistas.
Los insurgentes llevan semanas intentando capturar el aeropuerto internacional de Alepo y las bases aéreas vecinas dentro de su campaña para minar la supremacía aérea del régimen en la guerra civil iniciada hace dos años, y que según las Naciones Unidas ha causado más de 70,000 muertes.
Los insurgentes han registrado avances estratégicos importantes en el norte el último mes, capturando bases militares, dos represas en el río Éufrates y la ciudad de Raqqa, en el noroeste, la primera zona urbana que cae en manos de la oposición desde que comenzó el levantamiento contra Assad en marzo del 2011.
La oposición armada controla extensas zonas fuera de Alepo. La batalla por la ciudad, el principal centro commercial de Siria, se encuentra empantanada. Los insurgentes atacaron en julio la ciudad y capturaron varios barrios, siendo desde entonces uno de los campos de batalla más cruentos de la guerra civil.
El ejército sigue ocupando extensas zonas de Alepo, la segunda ciudad del país, y mantiene el control del aeropuerto. El espacio aéreo sirio está totalmente controlado por el régimen de Damasco, que utiliza su aviación para bombardear regularmente los reductos rebeldes.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos dijo que volvieron los combates el martes en torno al aeropuerto y los insurgentes arreciaron su asalto contra las bases aéreas de Nairab y Mannagh.
Hubo además intensos enfrentamientos en otro aeropuerto cercano, Kweiras, según el Observatorio, un grupo antigubernamental con sede en Londres cuya información proviene de una red de activistas en Siria.
La lucha arreció por segundo día consecutivo en la ciudad central de Homs al intentar los insurgentes recuperar el barrio pobre de Baba Amr, que hace un año perdieron ante la tropa del presidente Bashar Assad.
El año pasado, las fuerzas gubernamentales situaron Baba Amr durante un mes antes que los insurgentes se replegaran y el gobierno la ocupara el primero de marzo, centenares de personas murieron en el asedio.
El domingo, los insurgentes entraron nuevamente en Baba Amr y las fuerzas sirias respondieron el lunes con ametralladoras pesadas.