Apenas arrancaron las campañas y los candidatos y representantes de partidos se han volcado en acusaciones y señalamientos entre sí, aunque al hacerlos llegar a la instancia que le compete resolverlos no están sustentados con pruebas de ningún tipo y ni siquiera cumplen con los requisitos mínimos para ser aceptados como una queja formal.
El objetivo mediático sobrepasa al de hacer una denuncia de tipo electoral que siga su curso hasta deslindar responsabilidades.
El pasado jueves, el PAN informó de una solicitud al Consejo Municipal Electoral para el retiro de un espectacular del candidato del PRI, José Miguel Campillo ubicado en un bastidor instalado sobre el puente peatonal del bulevar Miguel Alemán y avenida Victoria, argumentando que éste violentaba la Ley Electoral al estar sobre equipamiento urbano.
La solicitud se hizo en una hoja escrita a mano y firmada por Rafael Rivas, representante del PAN, acompañada de tres fotografías.
Ayer, el candidato del PRD a la presidencia municipal, Sergio Duarte Sonora, hizo llegar un oficio al CME acusando a los candidatos del PRI y al del PAN -Augusto Ávalos- de incurrir en gastos excesivos en los arranques de campaña, asegurando que ya habían erogado 1.3 y 1.4 millones de pesos respectivamente.
Pero este señalamiento no fue acompañado de ningún documento probatorio, sino que sólo se basa en el dicho de perredistas que aseguran, hicieron un cálculo de lo que cuestan los anuncios que exhiben imágenes de ambos candidatos.
Quejas. A pesar de la guerra sucia entre candidatos, no hay quejas formales. En la imagen, Augusto Ávalos y José Campillo.