Lucir unas pestanas largas y fuertes no es solo cuestión de estética, sino de salud ya que la principal función de las pestañas es actuar como una barrera que evite la entrada de polvo, excesiva luz o cualquier cuerpo extraño en el ojo. INGIMAGE
Las pestañas son foco de atención de muchas mujeres que se afanan en lucir sus ojos de la manera más atractiva posible, pero la mayoría de las veces se descuida su salud. Lucir unas pestanas largas y fuertes no es solo cuestión de estética, sino de salud ya que la principal función de las pestañas es actuar como una barrera que evite la entrada de polvo, excesiva luz o cualquier cuerpo extraño en el ojo.
Las pestañas están formadas por escamas de queratina, que es la encargada de aportar su elasticidad, y están coloreadas por pigmentos de melanina. Al igual que el cabello, las pestañas se renuevan, aunque de manera mucho más lenta que el resto de pelo, por ello hay que tratarlas con un cuidado especial.
No basta con lucir unos ojos bonitos, hay que proteger las pestañas y para ello existen algunos sencillos pasos que se pueden seguir a diario para ayudar a que crezcan más sanas y fuertes. Basta con mimarlas un poco cada día, para que su aspecto sea más saludable, por lo que es fundamental cepillarlas a diario, desde la raíz a las puntas, y aplicar al menos dos veces por semana una crema a base de queratina o aceite de ricino, que contribuyan a aumentar su nutrición y elasticidad.
Además, se deben desmaquillar los ojos cada noche con una loción suave que contenga algún extracto humectante, que se aplicará con un algodón y realizando movimientos suaves para no dañar ni irritar la zona. La dieta se refleja en todo nuestro organismo y por lo tanto, también influye en la salud de las pestañas, por ello no hay que descuidar el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales, que son los que contribuyen a que la piel, el cabello y las pestañas luzcan de manera saludable.
Durante la rutina diaria a la hora de maquillarse es muy frecuente el uso de rizadores de pestañas, pero hay que utilizarlos con cuidado. No se deben prestar nunca, ya que a través de ellos se pueden transmitir algunas bacterias y conviene que sean rizadores de metal con una base de goma. Antes de usar dicho rizador sobre las pestañas, es recomendable aplicar una máscara transparente con queratina que las proteja de sus efectos. Después, se puede aplicar la máscara del color que se elija y de esta manera, la pestaña estará mucho más protegida ante el maquillaje y los efectos externos.
