El delantero argentino Lionel Messi, ayer en las oficinas del club azulgrana en el momento de la firma de la ampliación de contrato que le ligará al club hasta el 30 de junio del 2018. (EFE)
Lionel Messi amplió por dos años su contrato con el Barcelona, club con el que quedó ligado hasta junio de 2018.
El delantero argentino llegó al Barça cuando tenía 13 años y debutó con el primer equipo a los 16. Ahora, a los 25, es el mejor futbolista del mundo y el máximo goleador en la historia del club.
"Ya dije anteriormente que a nivel europeo me gustaría terminar mi carrera en el Barça. No me planteo jugar en ningún otro equipo del continente", declaró Messi. "Eso sí, no descarto terminar mi carrera deportiva en Argentina".
El ariete, ganador del Balón de Oro por cuatro años consecutivos, tendrá 31 años cuando expire su extensión.
"No sé cómo estaré con 31 años. Pienso en el día a día y en seguir disfrutando jugando a fútbol en el Barça", apuntó la "Pulga".
El Barça anunció en diciembre que Messi, el volante Xavi Hernández y el zaguero Carles Puyol habían aceptado renovar sus contratos. El argentino era el único que faltaba en firmarlo.
"No sé cómo imaginarme Messi en 2018, pero que renueve es una gran noticia para el barcelonismo", comentó el lateral blaugrana Jordi Alba. "Es el mejor del mundo y si no pasa nada el de la historia. Intentaremos que esté lo más cómodo posible aquí".
DE ABRAZO Y BESO
Una vez más, un aficionado ingresó al campo para estar cerca del astro argentino Lionel Messi. En esta ocasión se dio en el Friends Arena de Solna, estadio en donde Suecia cayó 2-3 ante la albiceleste.
No es la primera vez que Messi es "blanco" de un espontáneo, que burla la seguridad para darle la mano, abrazarlo o simplemente saludarlo.
Ahora se dio al minuto 88 del partido, cuando el aficionado vestido con una camiseta del FC Barcelona entró al campo, abrazó de manera efusiva al delantero argentino y le dio un beso en la cabeza. El futbolista no salía de su asombro, por lo que sólo se quedó parado y sonreía nerviosamente.
Al final, el propio espontáneo se entregó a los elementos de seguridad para ser removido del campo, mientras Messi se recuperaba de la impresión.
