Querétaro agudizó la crisis de Guadalajara al que de nada sirvió el debut de Juan Carlos Ortega en la dirección técnica, al caer 2-0. Sin Benjamín Galindo, Chivas sigue siendo un desastre
En la banca ya no está Benjamín Galindo. Pero el debut de Juan Carlos Ortega, en la Liga, es tan caótico como la época de su antecesor. Chivas es un equipo plagado de defectos. El 2-0 frente a Querétaro prolonga la agonía. La escuadra tapatía ya cambió de director técnico, pero no revive. Guadalajara es la peor versión de sí mismo. Pisotea su gloriosa historia, partido tras partido.
La modificación del esquema táctico le cuesta mucho al Rebaño Sagrado. Defender con más, no necesariamente significa hacerlo mejor. Con la llegada de Ortega a la banca rojiblanca, hay tres zagueros centrales y es precisamente esa zona la que se convierte en una "avenida" de libre circulación para los Gallos Blancos.
Un tiro de esquina cobrado desde la derecha es peinado por Néstor Vidrio, para alejar el peligro. La bola sigue hasta la banda contraria. Wilberto Cosme la persigue, la alcanza y le da nueva vida. Manda un centro al corazón del área, donde Guadalajara defiende con tres zagueros. Héctor Reynoso falla en el salto. El brasileño Luis de Souza Apodí remata suave, pero colocado. El lance de Hugo Hernández es inútil. Gol de Querétaro. El cuadro local toma ventaja al minuto 12.
Cuando el Guadalajara mejor se ve sobre la cancha, nuevamente los Gallos Blancos encuentran su "viaducto" por el centro de la defensa visitante. Esteban Paredes recibe. Los zagueros sólo lo contemplan. Toca para Mario Osuna, que aguanta al chileno para devolverle. El sudamericano, en aparente fuera de lugar, sólo empuja el 2-0, al 33. La grada estalla. Ortega, un mar de preocupaciones.
En la segunda parte, Ortega apuesta por todo. Ordena el ingreso de Marco Fabián y minutos más tarde el de Miguel Sabah. Ellos dos comparten la cancha por primera vez con Rafael Márquez Lugo y Aldo de Nigris. Chivas tiene en el campo a los cuatro futbolistas que, desde la pretemporada, hacían soñar a la afición con un ataque letal.
Sin embargo, su presencia desnuda una importante carencia: ¿quién les pone la pelota? Mientras están en el partido, sólo una oportunidad son capaces de crear. Fabián toca estupendo a la espalda de la defensa para Sabah, que entra al área y remata. Pero Édgar Hernández sale a tiempo.
El 2-0 permanece inmóvil en el marcador. Guadalajara pierde una vez más. El director técnico ya ha cambiado, pero lo mismo da.